El Gobierno valora la responsabilidad moral de las empresas españolas fuera

El secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Jesús Gracia, ha valorado hoy que las empresas españolas tienen "responsabilidad moral con el resto del mundo", pero deben hacerlo bien para evitar que sus inversiones sean recibidas como "injerencias" en la zona a la que van destinadas.

En una conferencia impartida en la Universidad de Deusto, dentro del I Foro de Diálogo Deusto Business School-Fundación Elecnor, Gracia ha explicado que la marca España tendrá "una presencia internacional más importante" y "una reputación bien valorada" si los proyectos de las compañías españolas en otros países "tienen que redundar en beneficio de las dos partes".

Según ha detallado, a día de hoy, más de 130.000 millones de euros de inversión de España en países latinoamericanos y casi la mitad se destinan a Chile, fundamentalmente en sectores de servicios, infraestructuras y energía.

"El buen hacer de la empresa española en el exterior" ha tenido "el contratiempo" de los problemas de financiación de las obras del canal de Panamá, pero "se consiguió reconducir la situación" y mantener "el buen nombre" de la marca España.

Según ha aclarado, "en ningún caso se puso en duda la calidad técnica de la solución de ingeniería que se había dado al canal".

El secretario de Estado ha destacado que el Gobierno colabora con la internacionalización de las empresas y pone a su disposición "conocimiento local" de cada país.

Las empresas españolas han aprendido de situaciones "vergonzosas" del pasado, cuando algunas compañías "entraron en América Latina con poca sensibilidad social y con una forma inadecuada de dirigirse a las administraciones locales que generaron un rechazo social".

"No basta llegar a un país con dinero", sino que "hay que hacerlo bien" y que la inversión "redunde en la empresa", pero también en el país que recibe el proyecto, "y con esa base la marca España será bien valorada en el mundo", ha sentenciado.

De la misma manera, en los proyectos de cooperación al desarrollo, "los países a los que se van a dedicar las inversiones deben participar y decir cómo quieren que se hagan" y sólo así se evitará la sensación de "injerencia", ha advertido.

Gracia ha afirmado que antes de diseñar cada proyecto se debe conocer si la sociedad a la que va destinada está interesada en ello y respetar el derecho de las comunidades indígenas a decidir si desean o no la instalación en sus respectivas regiones de infraestructuras de desarrollo.

La legislación internacional vela por ese derecho de las comunidades tradicionales a impedir la inversión para tratar de preservar la supervivencia de esos pueblos, sobre todo de América Latina, ha recordado.

El reto de los programas de cooperación en las zonas más desfavorecidas del planeta será, a partir de ahora, plantear proyectos que sean sostenibles económicamente a la vez que compatibles con el medio ambiente, ha concluido.