Paneles solares camino de la basura
Cientos de autoconsumidores, obligados a pagar más por producir energía, desmantelarán las instalaciones
Harto difícil se hace el ahorro energético en las viviendas. Al menos en el recibo eléctrico, donde sube la parte fija mientras baja el peso correspondiente al consumo. La nueva composición beneficia a quien más gasta y perjudica a quien hace un uso eficiente de la electricidad o vive solo.
Tampoco lo tienen mejor los del autoconsumo, aquellos que tienen una instalación de energía renovable en su casa y que son capaces de producir su propia electricidad.
"Todavía no he decidido si quitar mis dos paneles fotovoltaicos. Esperaré a que se publique el real decreto de autoconsumo para conocer los detalles técnicos y burocráticos y tomaré la decisión. Hoy día no tengo intención de cerrarla, creo que no se le puede poner puertas al campo ni peaje al Sol". Es la postura de Raúl Morales, consejero delegado de la empresa Soltec Energías Renovables, que, como tantos otros consumidores de energía limpia, se debate entre continuar con su instalación o desmantelarla tras el peaje de respaldo impuesto por el Gobierno, bautizado como "impuesto al sol", que obliga a los autoconsumidores a pagar hasta un 5% más en su factura por tener una placa solar.
La nueva ley que regula el sector eléctrico (24/2013), publicada en el Boletín Oficial del Estado del pasado 27 de diciembre, deja claro que todos los consumidores sujetos a cualquier modalidad de autoconsumo tendrán la obligación de contribuir a los costes y servicios del sistema por la energía autoconsumida cuando la instalación de generación o de consumo esté conectada total o parcialmente al sistema eléctrico.
A falta de conocer los requisitos técnicos y administrativos, el peaje es el mayor batacazo para el auge del autoconsumo porque, ya de entrada, hace inviable la realización de cualquier instalación, señala José Donoso, director de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF).
"Se podría comparar a un impuesto por encender la chimenea de una vivienda en lugar de consumir gas o electricidad. El pago de este peaje, lejos de permitir que el consumidor ahorre al producir su propia energía, supone una diferencia de hasta 293 euros entre el pago que realizaría un autoconsumidor de energía limpia y un consumidor normal", explica Donoso.
"Implica que los ciudadanos paguen un precio excesivo por una energía limpia que ellos mismos producen, además de pagos a la inversión, algo que no tiene sentido pues la instalación ya está asegurada a futuro. Obliga a pagar dos veces por el concepto de apoyo al mantenimiento de la red eléctrica (término de potencia)", indica el director de la patronal fotovoltaica.
Raúl Morales tiene dos paneles solares fotovoltaicos con seguimiento solar de 250 vatios cada uno, instalados en el tejado de su vivienda en Murcia. "Si no hubiera peajes, el ahorro económico y energético supondría un 15% del total de mi consumo, y eso que solo tengo dos unidades. Sin embargo, será de la mitad del ahorro. Un auténtico disparate".
Aunque no se resigna. "Más pronto que tarde encontraremos la manera de soslayar el peaje de respaldo, ya sea porque en Europa nos den la razón —dado que atenta contra la libre competencia— o bien porque encontremos una solución técnica y económica, que puede pasar por la desconexión total del sistema eléctrico", afirma, y prosigue: "Con el coste actual del término de energía y sobre todo del de potencia, las soluciones con baterías están cada día más cerca. Con las subidas de peajes lo único que van a conseguir es hacer que los consumidores huyan del sistema eléctrico".
El coste de estos dos equipos le supuso un desembolso de unos 1.700 euros. La instalación tiene unos seis meses de vida y aún no está amortizada. No tiene licencia. "Si no se hubieran producido todos estos cambios en la ley del sector eléctrico ya estaría legalizada", aclara Morales.
Hay que recordar que hasta ahora —y hasta que se apruebe el real decreto de autoconsumo— no era necesario legalizarlas. En adelante, tendrán la obligación de inscribirse en el registro administrativo de autoconsumo de energía eléctrica.
Por eso, actualmente no existe una estadística fiable de cuántas instalaciones existen en España. Donoso calcula que hay entre 30 y 40 megavatios instalados, lo que se traduce en "varios centenares de pequeñas instalaciones".
Lo que sí es cierto es que a los equipos piratas les esperan multas desorbitadas. Las sanciones económicas previstas para esta infracción, considerada muy grave, oscilan entre los seis y los treinta millones de euros.
Adicionalmente, se establecen sanciones de hasta sesenta millones de euros a los ciudadanos que no tengan sus instalaciones eléctricas legalizadas. Este es el importe máximo para infracciones como pueden ser las del abandono o liberación de materiales radioactivos.
"Estas sanciones muestran la clara intención de desincentivar a los consumidores a producir su propia energía", dice Pedro Palencia, responsable de política energética en UNEF.
Desde el Ministerio de Industria contestan que el real decreto de autoconsumo se aprobará "algún viernes en algún Consejo de Ministros". "Una de nuestras quejas es precisamente la falta de diálogo. Con todo lo que está pasando en el sector eléctrico, este tema está olvidado", opina Palencia. Calcula que ese real decreto saldrá a lo largo del primer semestre del año.
"Estamos todos a la espera para tomar decisiones. Mi idea es reconvertir la instalación en una aislada e intentar alimentar algún circuito de la casa, o la desmontaré y la guardaré en el trastero a la espera de que llegué un ministro más sensato que no penalice con un impuesto que hace inviable al único combustible que tenemos en España", cuenta Alberto Medrano, otro pequeño usuario de energía fotovoltaica.
Su queja: "Hemos pasado de ser el país que más ha subvencionado la energía solar a ser, de repente, el que más la sanciona, hasta el punto de frenarla en seco. ¿No debería haber una zona intermedia de tránsito? ¿Cuando era cara y se subvencionaba no era con el propósito de que un día fuera competitiva y aprovecharla? Si no ha sido así, fue tirar el dinero del contribuyente". Es la reflexión de Medrano, que tiene dos instalaciones de energía solar fotovoltaica.
Una está situada en Madrid, en la calle de Basella, número 22, en el barrio de Los Coronales. Es un pequeño panel (potencia de 220 vatios) situado en la calle que produce un 7% del consumo eléctrico de la casa y que costó 500 euros. "Lo puse para probar y me gustó, así que mi idea era poner más".
La otra instalación se encuentra en Somo (Cantabria). "La coloqué en 2004, tiene una potencia de 3,4 kilovatios y produce 3.000 KW/h al año. Desde entonces ha producido 27.000 KW/h, ha generado más energía que lo que ha consumido la casa, por lo que estoy muy orgulloso de mi vivienda autosuficiente. Está acogida al RD 661, así que ahora no sé qué va a pasar".
Así, pues, compás de espera para los que quieren producir su propia electricidad.
En cuanto al futuro del sector, la antigua Comisión Nacional de la Competencia (CNC) también se ha sumado a las voces críticas en contra del llamado peaje de respaldo. En su informe, no vinculante, dice que es discriminatorio, arbitrario y, además, impide que los precios que pagan los usuarios por la luz sean más eficientes.
¿Por qué no se fomenta el autoconsumo? "En gran medida, por la presión ejercida por el loby conformado por las compañías distribuidoras", indican fuentes de la Plataforma para el Impulso de la Generación Distribuida y el Autoconsumo Energético, compuesta por siete asociaciones de los sectores de las energías renovables y la instalación en España. Fue creada con el ánimo de fomentar la generación distribuida y el autoconsumo de electricidad.
Junto a los consumidores, el principal perjudicado por el nuevo escenario es el sector. "Supone su desaparición porque era el único nicho de mercado que quedaba. Las empresas medianas y grandes se están yendo fuera y las pequeñas desaparecerán", según el director de UNEF.
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