El discurso de Obama deja a republicanos escépticos y alienta a demócratas
Las promesas de "Un año de Acción" ofrecidas por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en su discurso del Estado de la Unión han sembrado casi por igual el escepticismo entre los republicanos como la esperanza demócrata.
La alocución del presidente, en la noche de este martes, centrada en reducir la desigualdad y ampliar la igualdad de oportunidades entre los estadounidenses, también sirvió a Obama para advertir a los legisladores de que si el Congreso no toma medidas para avanzar con su agenda política, él lo hará a través de su poder ejecutivo.
Sin embargo, en sus reacciones de hoy, los republicanos del Capitolio rechazaron de manera drástica la postura del presidente de actuar de manera unilateral, sobre todo en materia de creación de empleo y aumento salarial, e insistieron en que va a lograr poco si no cuenta con ellos.
"La autoridad que tiene no aporta mucho a aquellos que no tienen oportunidades en esta economía", dijo el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner.
"La verdadera respuesta es que Obama reoriente sus prioridades y trabaje con nosotros en las cosas que podemos lograr juntos para crear empleos y promover mayores oportunidad", agregó.
El objetivo de Obama es ir más allá de las políticas de austeridad basadas en un entorno de crisis económica, como el incremento del salario mínimo, que él mismo anunció que aplicaría por orden ejecutiva al menos entre los nuevos empleados federales, a la espera de que el Congreso la apruebe de manera general.
Los republicanos también reiteraron su oposición a la ley de la reforma de salud, también conocida como Obamacare, una medida que el presidente defendió en su discurso y que para las conservadores sigue suponiendo una lacra.
"El presidente Obama ha tenido discursos más memorables. Pero, para ser justos, es difícil de superar 'si le gusta su plan de salud, usted puede mantener su plan de salud'", ironizó el Gobernador de Florida, Rick Scott, en referencia a los problemas ocasionados por la página web de los nuevos mercados de seguros.
"Por desgracia, lo que no escuchamos anoche fue cómo va a hacer que la asistencia sanitaria sea más asequible al retirar su ley fallida o la forma en la que revertirá las indignantes subidas de los seguros a las que se han visto obligados los floridanos", añadió Scott.
Mientras tanto, el senador Marco Rubio también ha puesto en duda la eficacia de la Administración Obama para lograr la reforma migratoria a lo largo de este 2014 como ayer pidió el presidente, una de sus grandes asignaturas pendientes.
Rubio, uno de los legisladores republicanos más involucrados en alcanzar un texto al respecto, sugirió hoy durante un desayuno organizado por el diario The Wall Street Journal, que las partes fundamentales de la ley podrían quedarse por el camino.
"No sé si va a suceder este año, no sé si va a pasar con este gobierno", dijo Rubio, hijo de inmigrantes cubanos.
Actualmente, el debate más polémico gira entorno a cómo proporcionar un camino hacia la ciudadanía a los más de 11 millones de inmigrantes indocumentados que se calcula hay en el país.
Obama ha recibido entre tanto el apoyo de sus compañeros demócratas, quienes han aplaudido sus intenciones de lograr un acuerdo respecto al sistema de inmigración y su empuje para lograr una subida del salario mínimo.
"Apoyo la decisión del presidente Obama de aumentar el salario mínimo para los contratistas privados que trabajan para el gobierno (...) Pero ningún estadounidense que tenga un empleo a tiempo completo debería vivir en la pobreza, por eso, el Congreso debe de actuar y aumentar el salario mínimo nacional", manifestó hoy el líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid.
"Una clase media vibrante y el darle la oportunidad a todos los estadounidenses de unirse a la clase media es esencial para la prosperidad de nuestra nación", insistió.
El también senador demócrata Bob Menéndez dijo compartir "el optimismo" de Obama respecto a la fortaleza creciente de la economía del país y le felicitó por reconocer que aún "queda mucho por hacer" para luchar por "la clase media y garantizar que todos los estadounidenses tengan una oportunidad para alcanzar su potencial".
"Estoy especialmente complacido de escuchar una vez más el compromiso del presidente para arreglar nuestro roto sistema migratorio mediante la implementación de un camino firme pero justo hacia la ciudadanía", agregó el legislador, uno de los principales defensores de la reforma migratoria.
En este sentido, resultará clave el documento de principios sobre la reforma que prevén emitir los republicanos esta semana para sacar adelante una ley que, para ellos, debe fortalecer la seguridad fronteriza y establecer un camino a la legalización, aunque no a la ciudadanía, para los más de 11 millones de indocumentados que residen en el país.
Este año se presenta complicado para el presidente después de un 2013 marcado por la polarización política del Congreso y con la vista puesta en unas elecciones legislativas parciales que marcarán gran parte de la agenda hasta noviembre.
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