El juez rehúsa restringir la libertad de Blesa mientras busca más pruebas
Juan Antonio Toro interroga al exbanquero por la compra del City National Afectados por preferentes increpan al expresidente de Caja Madrid, golpeado por una pancarta
Por encima del habitual cruce de interpretaciones en los que las acusaciones mantienen que el imputado ha reconocido algo que su letrado niega, el interrogatorio este viernes de Miguel Blesa, expresidente de Cajamadrid, por la compra de City National of Florida parece dejar apuntalado algo: la investigación judicial continuará hasta agotar elementos que juzga claves el actual instructor, Juan Antonio Toro, sustituto del recusado y acusado de prevaricación, Elpidio Silva. Toro no pareció querer pisar el acelerador, como su malogrado predecesor, y rechazó la pretensión de Manos Limpias de retirarle el pasaporte al expresidente de Cajamadrid. Miguel Bernad, secretario general de dicha organización, afirmó sin dududarlo que Blesa había reconocido que obvió deliberadamente el permiso de la Comunidad de Madrid para tal compra, preceptivo dado que superaba el 5% de los recursos propios de la Caja.
Letrados de Ausbanc matizaron que, en todo caso, a Blesa se le escapó que la operación pergeñada por su equipo buscaba la compra no del 83%, como se informó al consejo de Administración de Cajamadrid, sino del 100%. Y, como resultado, la operación no costaba 618 millones de euros, cifra por debajo del umbral que exigía el permiso de la Comunidad de Madrid, sino 747 millones. El letrado de Blesa negó que su cliente hubiera reconocido que soslayó deliberadamente el permiso de la Comunidad de Madrid. Blesa, según versión, afirmó que contaba con el permiso del Banco de España. que avaló la compra conjunta en dos fases, 83% y 17%, y que por ello no precisaba tal control de la Comunidad de Madrid.
El juez incidió en sus preguntas en las normas que regulaban las inversiones de la caja y el fiscal abundó en el funcionamiento interno del equipo de Blesa. Todo ello, como un preludio de que la documentación requerida por el juez Toro sea, según los casos, recibida, analizada o traducida. Esta batería de pesquisas se dirigen a dilucidar todos los extremos de cómo se efectuaron los pagos para tal compra, el contrato de marras y si produjo perjuicio a la entidad. El interrogatorio de Blesa y de sus subalternos corroboró que los contratos por la compra del 83% y del 17%, como adelantó este diario, se firmaron el mismo día.
El auto en el que Toro niega la retirada del pasaporte a Blesa marca sus diferencias procesales con Silva: “es evidente que existen sospechas de la comisión de dos presuntos hechos delictivos, como son abuso de superioridad y administración social fraudulenta”; “es necesaria una investigación más amplia para poder tener elementos suficientes, para que las sospechas sean al menos indicios que, por ahora, no tenemos”. Y ello, además, por temer que una vulneración de derechos fundamentales origine una “irremediable nulidad de la actuación”. Toro ha aprendido con la sangre vertida por Silva, expedientado, recusado y acusado de prevaricación tras encarcelar Blesa.
Pero la mesura del nuevo juez instructor no tuvo su prolongación en la calle, donde Blesa se convirtió en objeto de la ira de los preferentistas arruinados a las puertas del juzgado. El banquero ha sufrido el impacto de una pancarta en un tumulto con un grupo de afectados por las preferentes a su salida de los juzgados de Plaza de Castilla.
El exbanquero ha vivido momentos de gran tensión al abandonar la sede de los juzgados de instrucción de Madrid en la Plaza de Castilla, ante la nube de periodistas y de afectados por la compra de participaciones preferentes que se ha agolpado ante el edificio. En la aglomeración una pancarta ha volado sobre la multitud hasta impactar en la cara del exbanquero que, escoltado por su abogado y por varios agentes antidisturbios, ha llegado con dificultad hasta el coche que le esperaba.
Tras su declaración, el secretario general de Manos Limpias, avanzó su intención de pedir más adelante prisión provisional para Blesa y que ya ha demandado que los correos electrónicos corporativos de los exdirectivos de Caja Madrid imputados se incorporen a la causa por la compra del City. “Podremos extraer información de los tejes y manejes de Miguel Blesa en Caja Madrid”, ha afirmado Bernad, que ha celebrado el “cambio radical” que ha constatado en la Fiscalía, ante quien ha sido “el mayor depredador del sistema financiero español”.
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