Sin reformas la eurozona sólo crecerá un 1 por ciento en la próxima década, según la CE

La economía de la eurozona solo crecerá de media algo más del 1 % durante los próximos diez años si no se acometen más reformas que contribuyan a impulsar su pleno potencial, según el último informe trimestral de la Comisión Europea (CE).

Ello supone un crecimiento aproximadamente 1 punto porcentual inferior al de los diez años previos a la crisis financiera y económica, de acuerdo con el documento publicado hoy.

Además, durante los próximos diez años, el PIB per cápita de la eurozona disminuirá en más de medio punto porcentual hasta por debajo del 1 % comparado con los niveles previos a la crisis.

Estas previsiones implican que la economía de la eurozona avanzará de media un punto y medio menos que EEUU (un 2,5 %) y la mitad en lo que se refiere a la renta per cápita.

El director general de Asuntos Económicos y Financieros de la CE, Marco Buti, explica en la introducción del informe que estas proyecciones reflejan el impacto de una tendencia de crecimiento ya débil previa a la crisis, y el envejecimiento de la población.

Para Buti, las previsiones a medio plazo "no dan motivo para un optimismo excesivo", pero la CE recalca que la "noticia alentadora" dentro de este escenario sombrío es que estas proyecciones no son inamovibles, porque se basan en la hipótesis de que los países "no hacen nada", es decir que las políticas actuales no cambiarán.

"Los políticos pueden evitar este nefasto escenario de crecimiento al implementar reformas que contribuyan a mejorar el pleno potencial de la economía" de la eurozona, señala Buti.

"Más esfuerzos reformistas, diseñados cuidadosamente para mitigar sus posibles impactos sociales negativos, son necesarios en todos los países de la eurozona", sostiene el director general de Asuntos Económicos y Financieros de la CE.

Buti indica que en particular las reformas en países centrales para la eurozona fortalecerían el proceso de reequilibrio en marcha y harían la recuperación más sostenible por sus efectos positivos en la demanda y el suministro.

Además, la plena implementación de las recomendaciones por país acordadas a nivel comunitario por parte de los estados miembros junto con la reparación del mercado financiero, "darían un impulso sustancial a las previsiones de crecimiento de medio plazo de la eurozona", subraya el economista italiano.

Si bien la tasa anual de crecimiento será baja durante los próximos diez años, la CE considera que ésta se acelerará durante la segunda mitad de la próxima década, especialmente en los países del euro que se han sometido a importantes programas de ajuste.

Será entonces cuando la productividad total de los factores comience a beneficiarse de los esfuerzos de reestructuración y las tasas de desempleo y de inversiones se recuperen a niveles anteriores a la crisis financiera y económica, explica el documento.

La CE recuerda que entre 2009 y 2013 la contracción media anual del PIB de la eurozona fue del 0,5 % y afirma que el mejor cálculo del impacto a largo plazo de la crisis "sigue siendo una pérdida permanente del 5 % del nivel de la productividad potencial de la eurozona" comparada con la trayectoria más probable en ausencia de la recesión.

Para la CE, sin más reformas no sólo habrá unas tasas de crecimiento más bajas que en el pasado, sino también una "divergencia continuada con los estándares de vida de EEUU".

En cambio, con más esfuerzos la eurozona podrá garantizar el mantenimiento de niveles pasados de crecimiento de la renta per cápita y un "resurgimiento" del modelo anterior a 1995 de convergencia con los estándares de vida de EEUU.

No obstante, si el escenario dibujado por la CE se materializa, los estándares de vida de la eurozona serán en 2023 inferiores a los de mediados de la década de 1960 en comparación con los de EEUU.

Eso implicaría que el nivel de vida de la zona del euro estaría solo al 60 % del de EEUU en diez años, indica el informe, que explica que casi dos tercios de esta diferencia se deberían a una productividad laboral más baja y el otro tercio a diferencias en las horas trabajadas por empleado y la tasa de empleo.