Obligados a asumir más riesgos
En 2014 habrá que buscar activos alternativos a la renta fija si se quiere lograr rentabilidades
Los inversores tendrán que asumir algo de más de riesgo del que están acostumbrados en sus decisiones de inversión si quieren lograr rentabilidades aceptables en 2014. Esta es la idea-fuerza de los gestores de fondos, analistas y asesores de patrimonio consultados por EL PAÍS. La Bolsa se impone a los bonos en las recomendaciones de los expertos; dentro de la renta variable, la Bolsa europea es la favorita (se espera que el buen momento del Ibex continúe); en deuda pública se aconseja tener poca exposición a la de los países más solventes (EE UU, Alemania) debido al previsible repunte de los tipos a largo plazo, y apostar si acaso por las emisiones de los países de la periferia europea; en crédito corporativo, las oportunidades se centran en las emisiones de compañías con una nota de solvencia media-baja; en liquidez hay poco que rascar con unos tipos tan bajos (la estrategia de depósitos extratipados no tiene mucho recorrido), y los activos inmobiliarios son los únicos que rompen el consenso, ya que hay algunos analistas que empiezan a vislumbrar oportunidades frente a una mayoría que todavía exige cautela.
Las tres claves que más impacto tienen en el precio de los activos son: el crecimiento económico (y su reflejo en los beneficios empresariales), la evolución de los tipos de interés y la correlación de fuerzas entre las divisas. Pues bien, la previsión del consenso del mercado sobre estas tres variables es la siguiente: respecto a la economía se espera un reequilibrio en cuanto al crecimiento mundial: EE UU seguirá creciendo a buen ritmo —aunque por debajo de su potencial—, Europa empezará a mejorar, pero todavía de forma muy moderada, y en los países emergentes habrá luces y sombras. En el caso del precio del dinero, no se espera que los principales bancos centrales suban los tipos a corto plazo, pero sí es probable que se produzca una tendencia alcista en los tipos a medio y largo plazo. El tapering o retirada gradual de estímulos será la clave del año para los inversores.
La subida de los tipos a largo plazo es una amenaza para la deuda
Por último, en el capítulo de las divisas, la opinión más generalizada es que habrá una apreciación del dólar frente al euro. “Una idea de inversión que nos gusta para 2014 es el dólar. Creemos que tiene margen de apreciación por dos razones. En primer lugar, por el diferencial de crecimiento frente a otras economías. En segundo lugar, porque la Reserva Federal ya no será tan agresiva en su política monetaria. El nivel del euro-dólar actual no es compatible con una recuperación en Europa”, dice Ángel Olea, director de inversiones de Abante.
Este es el campo de juego —un tanto embarrado— que se van a encontrar los inversores en 2014. A continuación, los expertos dan una visión más detallada sobre qué se puede esperar el año que viene en las distintas categorías de activos de inversión.
Renta variable
Las Bolsas han vivido un gran año. El Ibex 35 gana un 18,6% en sintonía con las revalorizaciones de París (15,1%), Fráncfort (23,4%), Londres (12,1%) o Nueva York (24,1%). A pesar de estas ganancias, los analistas creen que las cotizaciones no están caras y que la renta variable —siempre con una diversificación adecuada y adaptando su peso en las carteras al perfil de riesgo de cada uno— se presenta como el activo con mejor relación rentabilidad-riesgo para 2014.
“La Bolsa, por lo menos en la primera parte del año, va a mantener su tendencia alcista. Luego, todo va a depender de la intensidad que apliquen los bancos centrales a la retirada de los estímulos monetarios. En función de cómo se ejecute esta política podría llegar más o menos volatilidad al mercado”, reflexiona Rafael Juan y Seva, socio director general de la empresa de asesoramiento financiero Áureo Wealth Advice.
La recomendación más extendida es sobreponderar las acciones europeas. Wall Street está en máximos históricos, y la economía estadounidense se encuentra en una fase del ciclo más avanzada que la europea. Es decir, por una cuestión de valoración se ve más recorrido a los parqués del Viejo Continente. ¿Alguna preferencia dentro de las Bolsas europeas? Los informes de estrategia apuestan por que las acciones españolas mantengan la buena racha iniciada el pasado verano. En este sentido, BBVA Corporate & Investment Banking prevé un ciclo alcista de largo plazo para la Bolsa española, con una revalorización de hasta el 40% en los próximos dos o tres años. “Esperamos que los inversores comiencen a poner en valor un posible cambio de tendencia en función del ciclo económico y de los beneficios”, dice Antonio Pulido, director de BBVA Global Markets Research.
La Bolsa es el activo con mejor relación rentabilidad-riesgo, según los expertos
Los valores de mediana y pequeña capitalización lo han hecho mejor que los grandes en 2013, y para el próximo año los expertos creen que esa situación se puede dar la vuelta. “Hemos cambiado nuestra inclinación hacia compañías de menor tamaño, con ventajas competitivas identificadas y negocios de nicho, por una selección de valores de mayor tamaño, más sensibles al ciclo y, ¿por qué no? también con una fuerte exposición a España”, argumenta Irma Garrido, directora de Análisis de Ahorro Corporación. El sector bancario es el favorito de esta firma para el próximo año en una cartera modelo compuesta por los siguientes valores: Banco Popular, Banco Sabadell, CAF, Miquel y Costas, OHL, Repsol y Telefónica.
Renta fija
“La deuda pública de más calidad, es decir, la de Estados Unidos o Alemania, es una fuente potencial de bajas rentabilidades e, incluso, pérdidas el próximo año”. Esta advertencia es de Juan Luis García Alejo, director de Análisis y Gestión de Inversis. Es de esperar que la rentabilidad a largo plazo (cinco, diez años) de los bonos más seguros suba en 2014. Como el rédito se mueve de forma inversa al precio del bono, esto provocaría minusvalías en las carteras de los inversores, por lo que hay que tener cuidado. Los analistas sí ven algo de atractivo todavía a la deuda pública de los países de la periferia europea, muy castigada desde que comenzó la crisis. “El bono a 10 años español, por ejemplo, tiene margen para caer por debajo del 4% el próximo año. Ahí sí hay todavía oportunidades”, comenta García Alejo.
En cuanto al crédito corporativo, las mayores oportunidades de inversión, según los expertos, se sitúan en el tramo high yield o bono basura, ya que las rentabilidades de los bonos de compañías con mejor calificación crediticia han agotado en 2013 buena parte de su potencial.
“Es comprensible que las acciones hayan batido la rentabilidad de la renta fija a lo largo de 2013. Estamos empezando a ver un regreso a un entorno más normalizado tras la crisis financiera global, y la relación entre las acciones y los bonos está volviendo a su estado habitual. Si algo nos ha enseñado la reciente volatilidad en los mercados de renta fija es que los inversores en bonos pueden llegar a ser tan influenciables y a realizar ventas impulsados por el pánico del mismo modo que los inversores en acciones. Puede que en este momento sea difícil mirar más allá de la volatilidad del mercado, pero a largo plazo presenta oportunidades de inversión”, reflexiona Ian Edmonds, gestor en Western Asset.
Depósitos
El producto estrella del ahorrador español está de capa caída. La bajada de los tipos de interés oficiales complica la búsqueda de productos que ofrezcan réditos interesantes con los que batir la inflación (el principal objetivo de este activo). Además, el Banco de España limitó hace un año pagar extratipos para los depósitos con un plazo de un año o menos. En este contexto, aquellos inversores que deseen mantener parte de su dinero en el pasivo bancario tienen varias opciones: buscar ofertas de entidades extranjeras que puedan esquivar el veto del Banco de España o depósitos con un plazo de 13 meses o más. Otra opción son los fondepóstitos —fondos de inversión que invierten en depósitos y que disfrutan de la flexibilidad fiscal de la inversión colectiva—, aunque en este caso hay que mirar bien la comisión de gestión, puesto que puede comerse buena parte de los réditos.
La Bolsa europea, y la española en particular, ofrecen buenas perspectivas
“Recomendamos tener el mínimo posible de depósitos en cartera. La época de remuneraciones por encima del precio del dinero está llegando a su fin. Los inversores deben asumir que con los depósitos tienen parte del riesgo de balance de ese banco, por lo que hay que diversificar y nunca destinar más de 100.000 euros, el máximo que cubre el Fondo de Garantía, en una misma entidad. Otro aspecto que resta atractivo a este producto es su tratamiento fiscal”, comenta Juan y Seva.
Inmuebles
El mercado inmobiliario se encamina hacia la estabilización. El precio de la vivienda en España subió un 0,7% en el tercer trimestre de este año respecto al trimestre anterior, poniendo fin a una racha negativa que se prolongaba desde mediados de 2010. Esta mejoría, sin embargo, tampoco debe verse como el inicio de un fase alcista en el mercado de la vivienda, ya que las subidas de precios se han dado sobre todo en la costa y, de momento, los principales compradores son inversores institucionales. Además, la sobra de la Sareb o banco malo es alargada: su stock de viviendas es grande y su manejo puede presionar a la baja las valoraciones.
“Estamos viendo dos fenómenos relacionados con el mercado inmobiliario”, comenta Ignacio Cantos, director de inversiones de ATL Capital. “Por un lado se está creando un incipiente segmento de viviendas de alquiler, lo que reduce la oferta de pisos a la venta y así se sostienen los precios. Por otro lado, los inversores observan que los precios de las casas en zonas premium vuelven a ofrecer rentabilidades”, añade Cantos.
Bankinter ha publicado esta semana un informe sobre el mercado inmobiliario. En el mismo explica que estos activos “están despertando un creciente interés por parte de los inversores internacionales, a pesar de que las ventas de vivienda siguen descendiendo, la actividad promotora es prácticamente inexistente y los precios continúan ajustándose a la baja”. En su opinión, “el paisaje del sector inmobiliario ha cambiado radicalmente y las cifras de oferta y demanda previas al estallido de la burbuja no se recuperarán”. Sin embargo, el hecho de que los precios hayan dejado de caer en Madrid y Barcelona y las ventas hayan ralentizado su descenso anticipan que “estamos entrando en una fase de incipiente recuperación”.
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