Retiran cargos contra el directivo de la mina donde murieron 29 mineros en 2010
La Fiscalía de Nueva Zelanda retiró hoy los cargos contra Peter Whittall, ex director ejecutivo de la mina Pike River, donde murieron 29 trabajadores a causa de una explosión en el yacimiento en noviembre de 2010.
Whittall se enfrentaba a doce cargos por la violación de varias normas vinculadas a la seguridad y la salud en la mina.
La acusación pública señaló las escasas posibilidades de que el caso terminara en una condena para justificar la decisión que coincidió con el anuncio de que los directivos de la mina darán una indemnización voluntaria de 2,8 millones de dólares (2 millones de euros).
El abogado del Estado, Mark Zarifeh, indicó ante el tribunal de distrito de Christchurch que muchas de las pruebas que recogió el departamento de Trabajo para el caso no se habrían podido ser admitidas.
Zarifeh argumentó que muchos testigos se encuentran fuera del país, con lo que no se podría contrastar estas pruebas ni llamarles a declarar en el juicio.
También dijo que el Estado tiene recursos limitados y no puede asumir los gastos de un juicio que se podía extender entre 16 a 20 semanas.
La Fiscalía tomó la decisión mientras Whittall y otros directivos del yacimiento anunciaban un millonario pago voluntario en nombre de la minera Pike River Coal a las víctimas y a los dos sobrevivientes, según el diario "New Zealand Herald".
"Alguien pensará que el señor Whittall está pagando para librarse de ser procesado, pero puedo asegurarles de que no es así", dijo hoy la juez Jane Farish, quien aseguró que la indemnización es un asunto paralelo y que supone una buena conclusión del caso.
Familiares de las víctimas no compartieron este punto de vista y lamentaron que no se responsabilice a nadie por la tragedia.
"No sé si esto cerrará el caso para nosotros. Duele, realmente duele", dijo Melissa Byrne, viuda del minero Sam Mackie, que calificó la retirada de los cargos como "otra patada a las entrañas".
A mediados de año, la Policía neozelandesa descartó presentar cargos criminales por el accidente por considerar que no tiene suficientes pruebas.
Los mineros, de entre 17 y 62 años, murieron casi instantáneamente por traumatismos, quemaduras o asfixia tras una explosión de gas metano que les dejó sepultados a 2,5 kilómetros de profundidad dentro de una galería que carecía de un acceso alternativo.
Cinco días después fueron dados por muertos tras una segunda explosión en el yacimiento, situado en la localidad de Greymouth, en la Isla Sur, en lo que supuso el segundo mayor accidente minero de la historia de Nueva Zelanda.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.