Un líder neonazi de Eslovaquia gana las elecciones en una región del país
Un líder neonazi eslovaco, conocido por sus declaraciones racistas contra la minoría gitana, que considera a la OTAN una "organización terrorista" y defiende que el país centroeuropeo abandone el euro, ha sido el candidato más votado en un territorio en las elecciones regionales celebradas ayer.
Según informó hoy la Oficina de Estadísticas eslovaca, los resultados finales preliminares señalan que el Partido del Pueblo-Nuestra Eslovaquia, dirigido por Marian Kotleba, ha logrado el 55,5 % de los votos en la región central de Banska Bystrica, la mayor del país por extensión y habitada por unas 650.000 personas.
Esa formación arrebata así el gobierno regional a los socialdemócratas del primer ministro Robert Fico, que sin embargo han ganado en seis de las ocho regiones eslovacas y se asientan como la primera fuerza del país.
Kotleba, de 36 años, fue presidente del ilegalizado Mancomunidad Eslovaca-Partido Nacional (SP-NS), que organizó manifestaciones y marchas paramilitares contra la minoría gitana y expresó claras simpatías por el gobierno títere eslovaco aliado de la Alemania nazi en la II Guerra Mundial.
El Tribunal Supremo lo ilegalizó en 2006 porque la formación proponía en sus estatutos la eliminación de la democracia, lo que contraviene la Constitución, así como establecer un "Estado de estamentos basado en los principios nacionales, cristianos y sociales".
Ese político, detenido en varias ocasiones por acusaciones de incitación al odio, ha aparecido en público en el pasado con uniformes paramilitares que emulan la estética fascista de los años treinta del pasado siglo.
Tras la disolución de la anterior formación, creó su nuevo partido, en el que ha moderado el tono y abandonado la indumentaria paramilitar para evitar la ilegalización.
El resto de las formaciones parlamentarias han lamentado el resultado que convierte a ese político en el nuevo gobernador regional.
La principal formación conservadora, la Unión Democrática Eslovaca (SDKU), considera la victoria de Kotleba "un enorme revés para la democracia".
Por su parte, el primer ministro socialdemócrata ha acusado a las formaciones de centroderecha de alentar la victoria extremista al no respaldar al candidato de izquierda que se enfrentaba a Kotleba en esa región en la segunda vuelta.
Los analistas eslovacos consideran que la desmovilización del voto socialdemócrata, el desprestigio de los conservadores por varios casos de corrupción y las respuestas populistas de Kotleba sobre la crisis han sido las claves del triunfo extremista.
En la que es una de las regiones más pobres de Eslovaquia la participación fue de solo el 24,61 %, lo que benefició también al líder ultra, según la prensa eslovaca.
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