Antonio Pedrera, el empresario alicantino que tejió un imperio
Hizo fortuna en el sector textil y los primeros campos de golf de la Comunidad Valenciana
Antonio Pedrera pasó de la nada al todo. El empresario oriolano, que falleció el pasado miércoles a los 88 años de edad, víctima de un cáncer contra el que luchó durante los últimos cinco años, empezó vendiendo trapos y acabó construyendo los primeros campos de golf de la provincia de Alicante. Fue un empresario visionario que en política colaboró con todos pero no se casó con nadie, según admiten algunos de sus amigos.
A lo largo de su vida ganó mucho dinero con el que atesoró una interesante pinacoteca de arte del siglo XIX con obras de Sorolla o Murillo, entre otros, y acumuló un gran patrimonio.
Se casó en dos ocasiones, y tuvo cinco hijos, dos de ellos ya fallecidos. Antonio Pedrera nació en el popular barrio del Rabaloche de Orihuela, a orillas del río Segura. Según recordaron ayer sus vecinos, durante sus vacaciones escolares colaboraba de aprendiz con el entonces denominado Colegio de Tejidos Tienda Blanca. Allí aprendió los entresijos del negocio de las telas y conoció al poeta Miguel Hernández.
La Guerra Civil estalló cuando él tenía tan solo 11 años. Criado en familia humilde, durante la posguerra tuvo que hacer de todo: carpintero, mecánico o herrero. Terminó iniciándose en el negocio de las telas. Durante unos años vivió en Barcelona, donde contactó con los empresarios catalanes del textil, y en poco tiempo tejió un pequeño imperio de abrigos y trajes de señora.
Su empresa Drapa Cotty llegó a tener en la década de los sesenta más de mil empleados, principalmente mujeres, y en aquellos años del desarrollismo llegó a tener talleres textiles en otras poblaciones de la comarca, como Bigastro, Benejúzar y Jacarilla.
Con su visión de empresario supo adelantarse a su tiempo y fue el primer promotor y constructor de dos campos de golf, Las Ramblas y Villamartín. Fueron las primeras instalaciones de estas características que se construyeron en la Comunidad Valenciana, donde el golf empezó desde el sur hacia el norte. También fue pionero en el negocio del ladrillo con la construcción de varias promociones destinadas al turismo residencial.
En 1997 creó la Fundación Pedrera, de la mano del obispado Orihuela-Alicante, para el desarrollo de la cultura y la educación, Una vez retirado casi de los negocios se dedicó al mecenazgo. En Jacarilla cedió al Ayuntamiento el palacete de Los Marqueses de Fontalba, que destaca por sus jardines, y en Orihuela, en 2011, firmó un acuerdo con la entonces alcaldesa del PP, Mónica Lorente, para ceder el palacio Sorzano de Tejada y la custodia y catalogación de su pinacoteca. Fue nombrado hijo predilecto de Orihuela.
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