Un día a la semana para trámites bancarios

Son las 8.25 de la mañana y tres vecinos de Nigüelas, municipio granadino de poco más de 1.000 habitantes al pie de Sierra Nevada, esperan frente a la puerta a que abra la única sucursal financiera del pueblo, una pequeña oficina de CajaGranada (integrada en el banco BMN) con una única empleada. “Vengo a pagar la contribución (el IBI)”, dice Rodolfo Cabezas, de 80 años, apoyado en su bastón. “Yo, a pagar la basura y otros recibos”, tercia Agustín Morales, de 66. Es jueves, el único día de la semana que los vecinos de Nigüelas pueden hacer gestiones financieras en su pueblo. Hasta junio pasado, la pequeña oficina abría lunes y jueves, pero desde entonces se ha reducido a un solo día. A las 8.30 se abre la puerta de la sucursal y empiezan a llegar más vecinos: una mujer con sus hijos, mochilas a la espalda, que acude a la sucursal a hacer gestiones antes de llevarlos al colegio. Otra mujer, una pareja..., hasta que se forma una pequeña cola a la entrada. “Estamos muy quemados en el pueblo con la caja de ahorros”, se queja una vecina, Encarna Solier. “Yo tengo coche pero aquí mucha gente es mayor y si no hace hoy sus trámites bancarios no tiene opción de ir a Dúrcal”, municipio vecino que sí cuenta con oficina todos los días de la semana. “Si el cajero se traga la tarjeta, hasta la semana siguiente no la puedes recuperar”, se lamenta.

La alcaldesa de Nigüelas, Rita Rodríguez (PSOE), asegura que se llegan a formar “colas interminables” en la sucursal, sobre todo con el cobro de las pensiones. “Los vecinos piden la vez, como en la pescadería, y encima a media mañana la empleada cierra mientras se va a desayunar y los usuarios se quedan esperando. Hay mucho descontento en el pueblo”, dice la alcaldesa.

A pocos kilómetros, en Villamena, el ayuntamiento subvenciona taxis a los vecinos para ir a Dúrcal a hacer sus gestiones financieras porque la única sucursal del pueblo abre un día al mes. Solo pagan un euro por el desplazamiento. En Moclín, municipio del noroeste de la provincia formado por siete núcleos de población, CajaGranada cerró hace dos meses la sucursal del pueblo. “No han dejado ni el cajero”, se queja el alcalde, Manuel García (PSOE). Vecinos y los propios funcionarios del ayuntamiento tienen que desplazarse varios kilómetros a los anejos de Puerto Lope o Tiena para hacer trámites bancarios.

Los cierres de sucursales por la reordenación del sector han afectado principalmente a las ciudades, pero también a los pequeños pueblos, cuyos servicios financieros estaban cubiertos por cajas de ahorros o rurales. CajaGranada, como otras entidades, cuenta con decenas de lo que llama ventanillas desplazadas, pequeñas sucursales repartidas por las zonas menos pobladas, que dependen de una oficina mayor, y que abren uno o dos días a la semana o con horarios restringidos, pero que también están sufriendo recortes.

En Andalucía han echado la persiana 384 oficinas de depósito entre enero y junio de 2013, un 6,5% del total de la red, según el Banco de España. Son casi el doble que las sucursales cerradas en todo el año pasado (214) y van camino de superar las 432 oficinas de 2011.