El Congreso de EE.UU. no avanza en las negociaciones sobre la deuda y el tiempo se agota
El tiempo se agota para los legisladores de EE.UU. mientras siguen sin lograr un acuerdo para reabrir el Gobierno federal, paralizado desde el 1 de octubre, y no alcanzan un consenso para elevar el techo de la deuda que evite la suspensión de pagos el próximo jueves, advirtieron hoy observadores.
La atención se ha desplazado hacia el Senado después de que las conversaciones entre la Casa Blanca y el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, no dieran ningún fruto la semana pasada.
Durante el fin de semana, los esfuerzos recayeron sobre el líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid, y el líder de la minoría, el republicano Mitch McConnell, quienes se reunieron con el presidente Barack Obama en la noche del sábado para trazar una estrategia que permita el desbloqueo.
Sin embargo, Reid y McConnell apenas hicieron ningún progreso a lo largo del domingo, pese al optimismo expresado por el senador demócrata, quien aseguró que las discusiones eran "productivas" y fluidas.
"Soy optimista sobre las perspectivas de una conclusión positiva de las cuestiones que incumben a este país hoy en día", dijo Reid.
Pero el Senado tendrá que actuar con rapidez a fin de que el país no incumpla sus pagos el 17 de octubre, fecha marcada por el Departamento del Tesoro para agotar la capacidad de Estados Unidos a fin de contraer préstamos.
A tres días de la temida fecha, los senadores de ambas partes deberían hacer muchas concesiones y ponerse de acuerdo para esquivar obstáculos de procedimiento parlamentario que retrasarían aun más la ejecución de una posible resolución.
Mientras tanto, la frustración aumenta entre los republicanos de la cámara alta después de que los demócratas rechazaran la propuesta de la senadora republicana Susan Collins, que hubiera elevado el techo de la deuda hasta finales de enero, y reabierto el gobierno durante seis meses a cambio de un retraso de la aplicación de uno de los impuestos de la ley sanitaria.
La propuesta de Collins también recogía una mayor flexibilidad en la ejecución de los recortes al gasto público, conocidos como "sequester" y que entraron en vigor el pasado marzo.
Los demócratas del Senado rechazaron el plan al alegar que no había concesiones reales a sus prioridades, ya que ven la financiación del gobierno y un aumento del techo de la deuda como una obligación del Congreso.
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