La oposición acusa al Gobierno luso de esconder más ajustes hasta los comicios
Los socialistas lusos acusaron hoy al Gobierno conservador del primer ministro, Pedro Passos Coelho, de retrasar la divulgación de nuevos ajustes hasta después de las elecciones municipales de finales de septiembre.
En declaraciones a los periodistas, uno de los miembros de la Secretaría Nacional del partido, Joao Proença, criticó al Ejecutivo por esconder información a los ciudadanos y le instó a clarificar cuáles serán exactamente los cortes que incluirá la reforma del Estado que ya prepara.
"Este Gobierno se comprometió a acometer más cortes brutales y es evidente que serán analizados en la próxima reunión con la troika" de acreedores internacionales, insistió Proença, que censuró al gabinete de Passos Coelho por "intentar alejar" el momento de divulgar los detalles de su plan.
Los socialistas, principal grupo de la oposición en Portugal, rechazan de plano la aprobación de nuevos ajustes y alertan de su efecto recesivo en la economía lusa, que en su opinión precisa de más estímulos para recuperarse con la mayor rapidez.
También se oponen el resto de fuerzas de izquierda, los sindicatos e incluso parte de la clase empresarial, preocupada por la severa caída del consumo sufrida en los últimos años.
La reforma del Estado en la que trabaja desde hace meses el Ejecutivo conservador debe suponer un ahorro de 4.700 millones de euros e incluirá previsiblemente la reducción de la plantilla de funcionarios (actualmente son cerca de 600.000 en todo el país, un 13 % de su población activa) y cambios en el sistema de pensiones.
Estas medidas deberán ser consensuadas con la troika -Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional-, que aconseja la adopción de medidas para garantizar la sostenibilidad de las cuentas públicas lusas y controla el cumplimiento del programa de ajustes acordado con Portugal en 2011 a cambio de su rescate.
Desde el Partido Socialista -en el poder entre 2005 y 2011, año en que se pidió el rescate-, la posición del primer ministro portugués y del resto de su equipo es "de pura sumisión" frente a las autoridades internacionales con el propósito de "aplazar el máximo de tiempo posible la llegada de malas noticias, hasta después de los comicios" locales convocados para el 29 de septiembre.
Según especulan medios lusos, los responsables de la troika declinaron iniciar su visita a Portugal a fines de agosto o principios de septiembre, como estaba previsto, para posponerla hasta cuando se conozca el resultado de las elecciones, que medirá a los propios socialistas con el Partido Social Demócrata de Passos Coelho, de centro-derecha.
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