La patrullas de agricultores se extienden como solución a la desesperada
Las patrullas de agricultores que recorren el campo de noche para evitar robos se han extendido por pueblos de Valladolid, al comprobar que ahuyentan a los ladrones aunque otros no compartan esta solución a la desesperada.
La Subdelegación del Gobierno en Valladolid desaconseja estas patrullas y defiende, en cambio, la labor de la Guardia Civil, que cuenta con un plan específico de lucha contra estos robos en el campo.
Gabriel Hidalgo y Francisco García son dos de los agricultores de Serrada (Valladolid) que desde hace unos días participan en estas patrullas, después de sufrir robos en sus propias explotaciones.
Los cuarteles más cercanos de la Guardia Civil están a muchos kilómetros y "tienen pocos efectivos" para vigilar comarcas enteras, lamentan, a la vez que reconocen que no es un reproche a los guardias civiles sino "a los políticos que tienen que actuar y no hacen nada", porque "para controles de alcoholemia sí que les mandan".
La Subdelegación del Gobierno advierte de que no se puede retener a supuestos ladrones ya que, si se hace, la actividad delictiva podría ser imputada a las patrullas.
Solo en Serrada y alrededores, un pueblo de unos 1.200 habitantes a 24 kilómetros al sur de Valladolid, en pocos días los ladrones se han llevado cerca de medio centenar de transformadores, utilizados para los equipos de riego, de los que extraen el cobre.
Estos robos conllevan cerca de 300.000 euros en pérdidas, más toda una serie de perjuicios, como la merma de producción que supone para los cultivos los días que no se pueden regar, hasta que se suministra el nuevo equipo.
O el gasto no solo del nuevo transformador, sino de su transporte en camión y de su instalación por un electricista.
Es una "faena" de entre los 6.000 y 12.000 euros en cada robo, explica Gabriel Hidalgo, y "te planteas hasta si merece la pena seguir" de agricultor si te vuelven a robar.
En este sentido, la Subdelegación recuerda que está en marcha una reforma legal para que los jueces puedan decretar prisión preventiva, en vez de verse obligados a dejar en libertad a algunos detenidos pese a que son reincidentes en estos robos.
Esos 12.000 euros son "la ganancia que tenías" en un año de trabajo, "y llevamos así dos meses, un sin vivir", añade.
"Antes te robaban unos kilos de uvas o de patatas para comer, pero ahora es delincuencia organizada", asevera al respecto.
Aunque se fijen los equipos de riego con soldadura o se pongan alarmas, los cacos se las saben todas y siguen a lo suyo.
Para más inri, la proliferación de robos ha conllevado un notable incremento del precio del seguro para proteger el material, hasta los 2.000 euros en algunos casos.
"Estamos totalmente indefensos", se queja Francisco García, quien explica que las patrullas, de dos agricultores en un todoterreno armados solo con una linterna y un teléfono móvil, tienen unos doscientos kilómetros por recorrer a través de caminos hasta que amanezca.
Las patrullas también abarcan localidades de la zona como La Seca, Matapozuelos, Valdestillas o Ventosa de la Cuesta, con buenos regadíos de hortalizas como la cebolla.
Desde que hace pocos días recurrieron a las patrullas como solución a la desesperada, los ladrones no han vuelto por Serrada, mientras los agricultores han sacrificado horas de sueño y han modificado sus horarios de riego para patrullar, han explicado.
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