Las subvenciones estatales al arroz crean una crisis en Tailandia

Las pérdidas millonarias en Tailandia derivadas de las ayudas públicas al cultivo del arroz y el recorte de las subvenciones han supuesto una crisis al Ejecutivo, acusado de corrupción y de traicionar las promesas electorales.

Este miércoles vence el plazo dado por la agrupaciones arroceras al Gobierno para que reconsidere reducir el precio de la tonelada de arroz de 15.000 a 12.000 bat (385 dólares o 296 euros), una rebaja de 96 dólares (74 euros).

Las citadas asociaciones han calificado de "inaceptable" el nuevo valor oficial de venta y amenazan con grandes movilizaciones.

"Si quieren aplicar una nueva normativa, deben introducirla para la próxima cosecha, en septiembre, y no con poco más de una semana de antelación", denuncia el presidente de la Asociación Nacional de Agricultores, Wichian Phuanglamchiak.

El Ejecutivo tailandés acordó el 19 de junio pasado que los nuevos precios se aplicarían a partir de julio.

No obstante, el Comité de Política Nacional sobre el Precio del Arroz decidió el lunes in extremis, y a la espera de que el Gobierno lo confirme hoy, posponer la entrada en vigor de la medida hasta el 15 de septiembre en la mayor parte del país y hasta el 30 de noviembre en el sur.

La oficina de la primera ministra, Yingluck Sinawatra, ha defendido hasta la fecha su iniciativa con la necesidad de ajustar el precio nacional al del mercado internacional, la apreciación del bat y el aumento mundial de la producción de arroz.

Las voces críticas dentro del seno del partido gobernante "Phuea Thai" denuncian la "traición" cometida con los agricultores tailandeses, quienes forman una importante base de votos.

"Las subvenciones al arroz forman parte de las promesas realizadas durante la campaña electoral. Rebajar el precio de estas ayudas es una traición a los votantes y daña la credibilidad del partido", declaró Phaijit Sriworakhan, diputado por la provincia de Nakhon Phanom.

El Gobierno aprobó en octubre de 2011, tres meses después de ganar en las urnas, un plan de subsidios con un precio de compra de arroz pactado y desde entonces ha dedicado unos 590.000 millones de bat (19.000 millones de dólares o 14.500 millones de euros) a este programa.

Se han comprado 27 millones de toneladas de arroz a 15.000 bat la tonelada, el doble del valor de mercado calculado por los expertos, y unos 18 millones del total siguen en los almacenes gubernamentales al no encontrar comprador.

Durante el primer año del programa de subsidio, el Gobierno informó de unas pérdidas acumuladas de 136.000 millones de bat (4.380 millones de dólares o 3.360 millones de euro).

Datos informales elevan las pérdidas en lo que llevamos de año en 84.000 millones (2.700 millones de dólares o 2.080 millones de euros).

Esta deriva económica le ha costado el cargo al ministro de Comercio, Boonsong Terayapirom, quien fue destituido el domingo.

Además, un subcomité del Senado pedirá a la Comisión Nacional Anticorrupción que investigue la desaparición de millones de toneladas de esta mercancía de los depósitos administrados por la Organización de Almacenes Públicos, departamento dependiente del Ministerio de Comercio.

Según el jefe de ese subcomité, Yutthana Thaiphakdi, el grano desaparecido fue adquirido bajo el programa para consumo doméstico a un precio menor y revendido al Gobierno como cereal subvencionado.

Tailandia, uno de los primeros exportadores del mundo de este cereal, espera vender siete millones de toneladas de arroz en el presente ejercicio y ocho millones de toneladas el siguiente, unos datos pobres si se comparan con los 11 millones de toneladas que exportaba antes del inicio de los recortes.