Detectados dos seísmos de 3,7 y 2,4 en la zona que quiere sondear Repsol
El Instituto Geográfico Nacional (IGN) ha detectado esta madrugada dos seísmos de magnitud 3,7 y 2,4 frente a las costas de Lanzarote y Fuerteventura, en la mediana que separa las aguas de España y Marruecos, en el área que Repsol pretende explorar en busca de yacimientos petrolíferos.
El primero de esos dos movimientos, con epicentro en el Atlántico y foco a 20 kilómetros de profundidad, se registró a las 2.36 horas de la madrugada (hora canaria), y fue sentido en las poblaciones de La Concha y Arrecife, en Lanzarote, según informa el IGN.
El segundo seísmo en esa zona tuvo lugar a las 7.43 horas, casi en las mismas coordenadas y con foco a 36 kilómetros de profundidad. En este caso, no consta que fuera sentido por la población.
Dos minutos antes, se produjo otro movimiento sísmico de magnitud 2,0, aunque en el lado opuesto de Lanzarote, frente a su costa oeste. En este caso, el epicentro también se localizó en el mar y el foco se situó a diez kilómetros bajo la superficie.
En un comunicado, el presidente del Cabildo de Fuerteventura, Mario Cabrera (CC), llama la atención sobre el hecho de que la localización de los dos seísmos registrados en la mediana de las aguas españolas y marroquíes coincide con la zona que se ha autorizado a Repsol a prospectar en busca de petróleo.
Cabrera sostiene que estos movimientos sísmicos "vuelven a poner de relieve" que autorizar prospecciones petrolíferas en esa zona "es una locura", como vienen denunciado los cabildos de Lanzarote y Fuerteventura y el Gobierno de Canarias desde hace meses, por su posible impacto sobre la actividad turística de las islas.
"Un terremoto de estas dimensiones, que fue sentido hasta en zonas de la costa de Lanzarote -en referencia al de 3,7-, tendría consecuencias desastrosas sobre cualquier perforación petrolífera en el área", advierte el presidente del Cabildo de Fuerteventura.
Cabrera asegura que las autorizaciones que tramita Repsol "no prevén en ningún caso medidas ante terremotos", por lo que aventura que, de haberse producido un movimiento así con las prospecciones ya en marcha, "ya estaríamos recogiendo piche (chapapote) en la costa".
El Gobierno canario y los dos cabildos han iniciado una batalla legal contra esas prospecciones y han intentado que se paralicen, aunque sin éxito hasta la fecha, porque el Tribunal Supremo no aprecia que el Gobierno central haya vulnerado la legislación o la protección exigible del medioambiente al autorizarlas.
La concesión definitiva de los permisos está ahora pendiente de que el proyecto de Repsol supere la evaluación de impacto y se adapte a las condiciones que, en su caso, determine el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente.
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