Bankia: Oro por baratijas
El arbitraje pospone el problema en busca de una tranquilidad sin base real, pues no hay dinero
Dicen las leyendas negras sobre la conquista de América, que los españoles nos ganamos el aprecio de los indígenas cambiándoles materiales preciosos por cuentas de cristal de colores que ellos nunca habían visto. Este lugar común todavía perdura en muchas culturas americanas que se lamentan del engaño de quienes llegaron cambiando oro por baratijas. Pues algo análogo han debido sentir los casi doscientos mil pequeños ahorradores que compraron preferentes animados por Bankia y que han visto sus ahorros sufrir, primero, una quita y ahora lo poco que les queda descubren que se ha convertido en papel de acciones que no valen casi nada. De euros a papel mojado. El estupor y la indignación crecen entre quienes comprueban cómo sus ahorros se han volatilizado. Desgraciadamente, empezamos a asistir a brotes de violencia, que nunca puede ser una respuesta válida.
Lo peor es que no estamos hablando de ningún timo ni estafa criminal sino de una operación comercial a gran escala de una entidad con ficha bancaria y de la decisión de un Gobierno. Precisamente hace un mes el Secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre explicaba que “los canjes de preferentes son lo más generosos posible, porque convierten a los titulares de estos productos en accionistas, y de esa forma se aligera su carga para sanear la entidad". La realidad es que, en el caso de Bankia, el recorte sobre el valor invertido por el preferentista se eleva hasta el 38% de su inversión inicial, a lo que subsiguientemente debe añadirse el desplome del valor ocasionado por el cumulo de despropósitos, acumulados en la salida a bolsa de la propia entidad. Esos posibles errores encadenados de adminstradores, auditores y supervisores esta sometido hoy de un lado a la jurisdicción penal. De otro, esta motivando la primera reclamación de la historia de Europa con un banco central, el Banco de España por parte de un numeroso grupo de accionistas que se consideran estafados. Hace unos días tuve que firmar como abogado de esos accionistas, el escrito del primer grupo de reclamantes. De aquí a julio se presentaran en torno a 1000 solicitudes de accionistas individuales e institucionales, con inversiones que oscilan desde 600 a mas de un millón de Euros. Esos son los accionistas que acudieron a la salida a Bolsa o que invirtieron antes del "destape" publico del agujero, del rescate de Bankia.
Otro caso es el de los accionistas a la fuerza. Debemos recordar que la inversión en preferentes se hizo en la gran mayoría de los casos por pequeños ahorradores que no fueron informados de que estaban adquiriendo un producto financiero complejo de alto riesgo, con unas características en cuanto a amortización y plazo que eran obviadas, maquilladas o directamente falseadas por el comercializador. Ante estos hechos, parece que el adjetivo que el Secretario de Estado le aplica al canje no sea el más afortunado. Desde luego, no parece razonable admitir una quita de casi un 40% de lo invertido. Pero es que, además, El FROBha impuesto el canje por acciones de la misma Entidad, con el fin de llevar a cabo la así llamada “segunda ampliación de capital”. La ecuación del canje estaba fijada por los gestores del FROB en función del valor de cotización de las acciones de Bankia el día 27 de mayo, lunes, y que, según sus estimaciones, estaría entorno a los 1,5 euros. Para que salieran estas cuentas se suspendió la cotización de Bankia con ocasión de esta “segunda ampliación” hasta el martes 28. ¿Qué hicieron los inversores institucionales titulares de preferentes de Bankia? Pues algo muy sencillo, dar órdenes masivas de venta de las acciones que les corresponderían en el canje el jueves 23; órdenes que, en la operatoria bursátil española, se liquidan a los tres días hábiles (en los mercados), es decir, el martes 28. ¿Qué consecuencias tuvo ese comportamiento? En primer lugar, que estos preferentistas institucionales de Bankia han conseguido liquidez y por un importe superior a los que venden a partir del martes 28. En segundo lugar, la caída en picado de la cotización de las acciones de Bankia y la consiguiente pulverización a la baja de la ecuación de canje prevista por el FROB.
El resultado es que las acciones de nueva emisión por las que se canjean las preferentes de los ahorradores se emitieron a 1,35 euros y su valor actual está alrededor de los 0,55 euros. Este desplome de la acción supone una merma en el valor de un 75%. En fin, una pesadilla para la persona que adquirió preferentes en la creencia de que contrataba un plazo fijo sin riesgos ni complejidades se ha visto en esta dramática situación.
Es de justicia que los ahorradores, que es lo que eran la inmensa mayoría de los titulares de preferentes, no lo olvidemos, recuperen el dinero que depositaron en la creencia de que precisamente contrataban un depósito. Con la oferta de arbitraje se ha intentado posponer el problema y conseguir una tranquilidad sin base real, pues no hay dinero para devolver las preferentes. Solo para los casos más flagrantes el arbitraje puede ser una solución, pero la mayoría de los afectados —el 95 % de los inversores ordinarios— tendrán que acudir a la vía judicial para conseguir recuperar sus ahorros. Hasta el momento los tribunales, como no podía ser de otra forma, están mayoritariamente estimando dichas pretensiones. Y no basandose en el contrato que se suscribió -que contiene en letra muy pequeña todo tipo de advertencias y "disclaimers", sino principalmente en el Codigo Civil que, como ya lo hiciera el derecho romano, al tratar la emisión del consentimiento y su posible vicio, deja espacio al juez para combatir la figura del engaño.
* Javier Cremades es abogado y presidente de Cremades & Calvo-Sotelo
twitter @javiercremades
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