El cineasta Ulrich Seidl lleva su trilogía "Paraíso" a un libro y una muestra
Acostumbrado a explorar los abismos humanos más oscuros sin ahorrar detalles, el cineasta austríaco Ulrich Seidl debuta en el mundo de la fotografía con una exposición y un libro sobre su polémica trilogía fílmica, "Paraíso".
"Mi origen está en la fotografía y en la pintura", explica a Efe el director, que reconoce que desde hacía tiempo tenía el deseo de comprobar si las imágenes de sus películas tendrían "significado" por sí mismas.
Las fotografías, recogidas en un catálogo de la editorial Hatje Cantz, y expuestas hasta el 26 de mayo en la galería vienesa Bawag Contemporary, provienen de unas 70 tomas de la trilogía "Paraíso: Amor, Fe y Esperanza", filmada entre 2012 y 2013.
Las imágenes seleccionadas "están basadas en el plano fijo", relata Seidl, y en ellas se observa la trabajada composición y un estilo documental, dos de las características de su cine, considerado uno de los más interesantes del panorama europeo.
Su trilogía "Paraíso", compuesta por "Amor", "Fe" y "Esperanza", son tres películas sobre tres mujeres de una misma familia. La trilogía aborda con crudeza la sexualidad, la espiritualidad y la relación con el cuerpo.
Y es también una indagación sobre el deseo, ya que las tres protagonistas se enamoran y se sienten decepcionadas en el curso de cada historia.
A su cine, que aborda sin ambages la decadencia del cuerpo humano, las relaciones de poder y explotación, o el efecto del fanatismo, Seidl no lo clasificaría como de "crítica social".
"Trato de poner un espejo delante de nuestra sociedad", sostiene el realizador, que afirma que "aún existen muchos tabúes", y esos tabúes los lleva como temática a sus películas.
"El infierno, en muchos casos, está en la vida privada", destaca.
"Los espectadores sienten desasosiego porque muchos de ellos se ven representados en la pantalla. Uno ve allí sus propios abismos y es incómodo verse a sí mismo reflejado en un espejo", señala.
La incomodidad de su cine busca un cambio en el espectador, ya que desea que "esa sensación de disgusto se la lleven del cine y, en el mejor de los casos, pueda suponer un cambio de visión sobre algunas cosas".
Con el tono documental de su cine trata de meter a los espectadores en la historia y hacer "más real y auténtica" la experiencia, subraya.
La trabajada y descarnada estética fotográfica en su cine, junto a la dureza de los temas que trata, sirven a Seidl para criticar que vivamos "en un mundo embellecido por los medios. Un mundo que no existe en la realidad".
"Trato de encontrar la belleza en la supuesta fealdad. La realidad mediática en la que vivimos está maquillada, fingida y falsa. Lo que me interesa es cómo son nuestros cuerpos en realidad", subraya.
"Nuestro cuerpo no es feo, es como es. Decir que es feo es una simple valoración", concluye al hablar sobre algunas imágenes de "Paraíso: Amor", que aborda el turismo sexual femenino en las playas de Kenia.
"Mis temas son la explotación de unos seres por otros, y creo que volveré a tratar el tema del turismo en el futuro, porque es un asunto que tiene muchas facetas, desde lo personal a lo global", avanza el director.
Marina Abramovic, la conocida artista de 'perfomance', asegura en el catálogo de la muestra: "Después de haber visto 'Paraíso: Amor', mi primera reacción fue tomar aire para asimilar lo que había visto".
"La película es extremadamente perturbadora. Toca el sentimiento humano más difícil, la vergüenza", afirma Abramovic.
"Paraíso: Fe" obtuvo el premio especial del jurado del Festival de Venecia de 2012, donde levantó una gran polémica al tratar la relación entre una mujer de profundas creencias católicas con su marido musulmán.
Seidl fue denunciado entonces por una organización católica italiana por blasfemia, debido a la utilización en la película por parte de la protagonista de símbolos religiosos para masturbarse.
"Tengo mis raíces en el catolicismo, tuve una infancia católica muy estricta y eso ha sido importante en mi vida. Aunque cuando era joven estaba en contra de la autoridad de la Iglesia, porque la consideraba hipócrita y falsa, los temas de las películas no son debidos al resentimiento", sostiene Seidl.
Para el director, la película trata sobre el destino de una mujer que "busca refugio en la religión" y no tanto sobre la fe en sí, aunque reconoció que las creencias siguen teniendo un "papel importante" en la sociedad.
"La situación global también está marcada por la rivalidad de las religiones y las culturas. Para mí es un asunto secundario, pero está ahí", concluye.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.