Portugal "marca el paso" de la industria del calzado mundial
Junto con "pradas" y "manolos", Michelle Obama, Pippa Middleton o Hugh Jackman calzan zapatos portugueses, una industria que tras la reconversión iniciada hace una década le pisa los talones a reconocidos productores, como los italianos.
Ahogada por los bajos precios de fabricantes como los chinos, de menos de 3 euros (3,9 dólares) en 2011, la industria portuguesa del calzado decidió volcarse a principios de siglo XXI en la comercialización internacional de su producción.
La nueva estrategia para llegar al mercado extranjero "se basa en la calidad de producto, realizado con tecnologías modernas y con una respuesta rápida al mercado a través de pequeñas encomiendas", asegura Paulo Goncalves, director de comunicación de APICCAPS, asociación portuguesa de calzado.
Zapatos cuyo diseño sigue las tendencias internacionales, indica, y que pueden ser llevados de igual manera en Lisboa que en el resto del mundo.
La fórmula les ha funcionado a pesar de que su precio medio por par sea el segundo mayor del mundo -25 euros (33 dólares), solo por detrás de los 35 (46) de los italianos- y siga en ascenso.
Porque las exportaciones también aumentan, un 16,2% más en 2011, con un despacho de 75 millones de zapatos y más de 1.500 millones de euros (1.982 millones de dólares) en ventas.
Estos datos convierten al país en el undécimo productor mundial, con un 2% del total, y a su industria en una de las que mejor contribuye a mantener positiva la balanza comercial portuguesa.
El sector solo importa el equivalente a un tercio de lo que venden sus más de 1.300 compañías, situadas, en su mayoría, en localidades cercanas a Oporto.
Para seguir con el refuerzo en el exterior, la modelo más internacional del país, la portuense de 21 años Sara Sampaio, ha protagonizado la campaña "La industria más sexy de Europa", promocionada con once millones de euros (14,5 millones de dólares) que también han servido para financiar la asistencia a más de 70 ferias internacionales.
Esa promoción se orienta no solo a sus mercados más importantes (Francia, Alemania y Países Bajos), sino que busca llegar a países cuyo mercado está en crecimiento, como Brasil, Rusia e incluso China.
Por todo esto, el sector del calzado portugués es según lo calificó el gobernador del Banco de Portugal, un "signo de esperanza" para un país inmerso en una de profunda crisis económica y sujeto a las exigencias de un rescate financiero de 78.000 millones de euros (103.000 millones de dólares).
Desde el lado creativo, el diseñador de zapatos de lujo Luis Onofre cree que el éxito de la producción lusa viene de "aprovechar una escuela antigua de conocimiento sobre la moda de hoy".
Mujeres tan dispares como la actriz Naomi Watts o Paris Hilton han escogido los diseños de Onofre para lucirlos ante las cámaras.
Sus diseños fueron elegidos también para halagar a la primera dama estadounidense Michelle Obama cuando visitó Portugal.
Pippa Middleton y su madre, quienes encargaron zapatos de Helsar para la boda real, la cantante Madonna, el deportista David Beckham o el ex-primer ministro francés Nicolas Sarkozy, que escoge diseños de Ferreira & Avelar, son otros de los rostros conocidos que han confiado en el "Made in Portugal" para vestir sus pies.
Sin embargo, Onofre no considera que los portugueses quieran competir con industrias como la italiana a través de los famosos.
Al contrario, alaba las referencias clásicas de esa "escuela" italiana, como Salvatore Ferragamo o Sergio Rossi, y cree que deben servir de referencia para la elaboración de zapatos de calidad.
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