Pilar Eyre dice que "antes los hombres pegaban a las mujeres y encima era gracioso"
Cuando hombres de la talla de Fernando Fernán Gómez, Manzanita o el director de cine norteamericano Elia Kazan "me decían con naturalidad que su máxima aspiración era pegar a una mujer" no pasaba nada, e incluso "se les reían las gracias", dice Pilar Eyre, que acaba de publicar "La reina de la casa".
Es una de las anécdotas más representativas de esta crónica sobre la evolución de la mujer que Pilar Eyre (Barcelona, 1951) recoge en su libro editado por Destino.
La escritora y periodista explica a EFEstilo que cuando Kazan le contó que sus cuatro mujeres disfrutaban cuando las golpeaba, ella y la fotógrafa dejaron la entrevista a medias, algo que causó polémica y que solo recibió la defensa de Pilar Miró.
Pilar Erye publicó el pasado enero "La soledad de la reina", libro que en su opinión, aunque peque de "inmodestia", ha "cambiado la actitud" de doña Sofía.
"Está más segura de sí misma" y más apartada de la vida del rey, incide, hecho que coincidió con el criticado viaje del rey a Botswana, y asegura que el entorno de la reina habla de una actitud "más autónoma" y de "más empaque".
Para Eyre doña Sofía, ella misma y cada mujer de la que habla en su libro tienen una segunda oportunidad: "La vida, a pesar de todo, cada día puede empezar de nuevo".
Esa es la máxima de su nueva obra, un ensayo sobre la evolución de la mujer desde el franquismo y que ha concebido como una "crónica desenfadada aunque seria sobre la vida de la mujer española", con un "análisis riguroso desde el punto de vista histórico" y "sin pedagogía, dogmatismos ni feminismo".
Eyre asegura que la liberación de la mujer no se ha logrado en poco tiempo, algo que no tienen presente las generaciones más jóvenes, cuenta, porque "los tampax, la depilación con láser y la lavadora no las hemos tenido toda la vida".
El libro reúne secretos de alcoba, la sexualidad y los tabúes entre los años cuarenta y setenta y confesiones tras varios güisquis, por ejemplo con Fernando Fernán Gómez, o historias salpicadas de anuncios publicitarios que hoy pueden parecer anacrónicos y que reflejan la figura de la mujer de entonces.
"Fue una época -recalca- que a través del cristal rosáceo del recuerdo puedes tratar incluso con cierta ternura", eso sí, "rezando para que esos tiempos horribles no vuelvan".
Estos tiempos han dejado al mundo femenino el espacio que merece aunque, pero "la liberación de la mujer no ha sido para tanto", asegura. "Continuamos buscando un príncipe azul y tragándonos todas las bolas que nos quieren contar los hombres", confiesa.
Aunque ellos, reconoce, "han sido tan víctimas como ellas" y, tanto unos como otras, han "sufrido un sistema que lo que hacía era menoscabar y mutilar al ser humano, hombre o mujer".
Ella, asegura, es todas las mujeres de su libro. "He pasado por muchas etapas y creo que muchas se sentirán identificadas (...) he sido hippy, he estado casada varias veces, he sido antifranquista a tope y me he erigido en símbolo de todas las cosas que explico".
Y, sobre todo, se considera "una mujer profesional" que ha tenido que "salir adelante con un alto coste personal, como todas", se lamenta.
La última parte del libro abandona el aire jocoso y recoge cuatro historias que representan la búsqueda de la libertad y los sacrificios para alcanzarla, relatos crudos, con nombres ficticios pero protagonistas reales, que simbolizan la vida de los españoles bajo la represión del qué dirán.
Beatriz Rodríguez
