La CGT ratifica la convocatoria de huelga nacional en Argentina del día 20
El líder del ala opositora de la Confederación General del Trabajo (CGT), Hugo Moyano, ratificó hoy la convocatoria a una huelga nacional para el próximo día 20 contra el Gobierno de Cristina Fernández.
"La CGT ha ratificado la jornada de paro nacional para el 20 de noviembre", dijo en una rueda de prensa Moyano, antiguo aliado del Gobierno y hoy abiertamente enfrentado con el oficialismo.
Moyano enumeró los reclamos que motivan la huelga, entre ellos la negativa del Gobierno a aumentar el mínimo salarial a partir del cual aplica el impuesto a las ganancias sobre los ingresos de los trabajadores.
Los sindicatos aliados a Moyano también reclamarán un "aumento de emergencia" para los jubilados, cuyo ingreso mínimo es de 1.880 pesos (392 dólares) mensuales.
Asimismo, exigen que el Estado argentino gire a las obras sociales manejadas por los sindicatos cerca de 20.000 millones de pesos (unos 4.200 millones de dólares) retenidos a los trabajadores de sus salarios para gastos de salud.
También piden al Ministerio de Trabajo que combata el trabajo informal, que en Argentina ronda el 34 por ciento.
"Lamentamos tener que tomar una medida de esta naturaleza por la falta de respuesta por parte del Gobierno nacional, la actitud de soberbia del Gobierno y el maltrato que da permanentemente al conjunto de la sociedad y en particular a la dirigencia gremial", afirmó Moyano.
En la huelga participará también el sector no oficialista de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA), la otra central sindical del país, y que ha convocado a una movilización para el día 20 a la Plaza de Mayo, frente a la sede del Ejecutivo argentino.
Moyano dijo hoy que no participará de esta marcha, aunque dejó en libertad a cada uno de sus gremios aliados para adherirse a esa movilización.
En junio pasado, Moyano ya había convocado a una huelga nacional y una masiva movilización en Plaza de Mayo tras oficializar su ruptura con el oficialismo.
Ese alejamiento del Gobierno, que se inició el año pasado cuando Fernández se negó a incluir dirigentes sindicales en las listas electorales para los comicios de octubre de 2011, también derivó en una división en el seno de la CGT.
Así, la mayor central obrera del país quedó partida en dos, con un grupo de sindicatos que responden a Moyano tras unas elecciones que el Ministerio de Trabajo no reconoce como válidas, y otro sector, liderado por Antonio Caló, dirigente del sindicato metalúrgico, afín al Gobierno.
La CTA también se encuentra dividida, entre el sector que responde a Pablo Micheli, líder de los trabajadores estatales, y el que dirige Hugo Yasky, titular del gremio docente.
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