El Sabadell ultima la compra del negocio bancario de BMN en Cataluña y Aragón
La operación afectaría a 462 oficinas y unos 2.000 empleados, según los sindicatos El objetivo de BMN es desprenderse de activos de riesgo y necesitar menos capital
Las necesidades de capital aprietan a casi todas las entidades. Y al Banco Mare Nostrum (BMN), el banco liderado por Caja Murcia, más que a otras. Por eso ultima la venta de su negocio en Cataluña y Aragón al Banco Sabadell. Se trata principalmente del lo que antes correspondía a Caixa Penedés, ya integrada en BMN. La operación está sujeta a determinados condicionantes, según ha reconocido la entidad que preside Josep Oliu a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
BMN, surgida de la fusión de Caja Murcia, Caixa Penedès, Caja Granada y Sa Nostra, quiere vender activos por 22.000 millones (la mitad en créditos y la otra mitad en depósitos) para reducir su déficit de capital, fijado en 2.208 millones según las pruebas de resistencia de Oliver Wyman. La operación afectaría a 462 oficinas y unos 2.000 empleados, según fuentes de la negociación. La transacción puede incluir al personal de servicios centrales que trabaja para estas dos áreas. La venta supondría el traspaso de 900.000 clientes activos. Estas cifras suponen desprenderse del 30% de los activos del grupo, ya que el balance total de BMN alcanza los 70.000 millones y se quedaría en 48.000 millones.
BMN, surgida de la fusión de Caja Murcia, Caixa Penedès, Caja Granada y Sa Nostra, quiere vender activos por 22.000 millones
Uno de los puntos más peliagudos del posible acuerdo será si el Sabadell asume la parte del capital público del FROB que BMN y que, tiene teóricamente asignada Caixa Penedès. BMN ha recibido 915 millones del FROB, de los que una buena parte correspondería a la caja catalana que tenía mucho negocio inmobiliario y constructor. Para BMN, el objetivo de la operación es desprenderse de activos de riesgo que le exigen incrementar el capital. El Sabadell deberá asumir la morosidad que tenga la cartera de la antigua Caixa Penedès.
El acuerdo está condicionado “a que se cumplan determinados presupuestos y condicionantes”.Entre estos detalles estarían, por ejemplo, la transferencia de la cartera tóxica de BMN a la Sociedad estatal de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb). De esta forma, la cartera que asumiría el Sabadell estaría más limpia, pero sería BMN la que tendría que admitir el coste en su balance. Según fuentes financieras, las conversaciones están ya muy avanzadas. Tras la operación, el Sabadell alcanzará un volumen de activos de 186.000 millones de euros.
Las negociaciones deben concluir, en un sentido u otro, antes de final de mes, ya que en esos días BMN tiene que presentar sus planes de recapitalización al Banco de España. BMN seguirá vendiendo activos para reducir sus necesidades de capital: además de Penedès, tiene pensado desprenderse del negocio de tarjetas, recomprar participaciones preferentes a inversores institucionales, vender cartera de renta fija y de participaciones industriales, así como activos inmobiliarios al banco malo.
Con todas estas operaciones, confía en reducir de 2.208 millones a solo 400 millones las necesidades de capital. BMN pediría que el Estado metiera este capital en forma de bonos necesariamente convertibles (cocos). Si se cumple, el grupo presidido por Carlos Egea tendría 1.315 millones de dinero público (salvo que el Sabadell asuma una parte). Este dinero debe remunerarse al 8%, por lo que BMN debería pagar al Estado 105 millones de intereses. Los gestores de BMN confían en mantenerse como gestores, pese a que la mayoría del capital podría tener titularidad pública.
El Banco Sabadell ha señalado en diversas ocasiones que aprovechará cualquier oportunidad para seguir aumentado su tamaño y está ultimando el proceso de integración de Banco CAM.
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