Ayrault defiende su capacidad para gobernar Francia frente a las últimas críticas

"No soy primer ministro por casualidad", dijo el jefe del Gobierno en la Asamblea Nacional al día siguiente de que tuviera que desmentir a su ministro de Educación, Vincent Peillon, quien se mostró favorable a despenalizar el comercio y consumo de cannabis.

La oposición conservadora aprovechó la habitual sesión de preguntas al Gobierno para poner en duda el control que Ayrault tiene sobre las declaraciones de su equipo de ministros o sobre el liderazgo en el Ejecutivo.

"Conozco la dificultad de la tarea", dijo el primer ministro en un hemiciclo en el que la bancada socialista le aplaudía mientras la oposición conservadora le abucheaba con insistencia.

"Sabía que era difícil", agregó Ayrault, quien acusó a los conservadores de haber dejado a Francia en una situación complicada desde el punto de vista económico que hace necesarias las medidas de ajuste económico anunciadas recientemente.

"Soy primer ministro porque tengo la confianza del presidente y de la mayoría", declaró el jefe del Gobierno, quien lanzó al diputado en la oposición que le interpeló sobre la cuestión: "usted ha sido castigado por el pueblo francés".

La declaración del primer ministro llegó horas después de que tuviera que desmentir a otro de los miembros de su equipo, el viceministro de Presupuesto, Jérôme Cahuzac, quien había dicho que el gobierno estaba dispuesto a extender la obligación de pagar un canon audiovisual a las segundas residencias.

Ayrault tuvo que utilizar de nuevo uno de los programas matinales de entrevistas a políticos que sirven cotidianamente las radios francesas como canal de desmentido a uno de los miembros de su Ejecutivo.

Además, la defensa de su autoridad en la cámara baja llegó hoy después de que los medios de comunicación galos lleven semanas hablando de que otros ministros, en especial el de Interior, Manuel Valls, tienen una posición más sólida que él en el Ejecutivo galo.

El último sondeo sobre la opinión que tienen los franceses de sus dirigentes, el publicado el lunes por el instituto demoscópico BVA, indica que tanto Ayrault como el presidente, François Hollande, descienden en la valoración de los electores.

El 52 % de los encuestaos en ese sondeo tienen una opinión negativa del primer ministro, frente al 46 % que le son favorables, lo que significa una nueva bajada en la confianza que los ciudadanos demuestran en el jefe del Ejecutivo a apenas cinco meses de su llegada al cargo.