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JOSÉ LUIS GARCI

Garci dice que no quiere engañar a nadie con su Sherlock Holmes, "no hay acción"

El cineasta José Luis Garci, arriba, en el centro de la imagen, posa hoy con el grupo de actores de su última película, "Holmes & Watson. Madrid Days" , que recrea una visita imposible del detective más famoso de la historia al Madrid de finales del siglo XIX, Sherlock Holmes.
El cineasta José Luis Garci, arriba, en el centro de la imagen, posa hoy con el grupo de actores de su última película, "Holmes & Watson. Madrid Days" , que recrea una visita imposible del detective más famoso de la historia al Madrid de finales del siglo XIX, Sherlock Holmes.EFE

Pero ni Holmes es el misógino y pedante Holmes, ni Watson es gordito, ni tiene bigote, ni nada es "elemental": es más, "Holmes & Watson. Madrid Days" es una película de dos horas y quince minutos que hubiera durado tres, o más, si Garci hubiera sido "valiente": "Yo no sé hacer cine de acción, no estoy capacitado".

"Pero yo no quiero engañar a nadie: no hay acción y este es un Sherlock Holmes pasado por mí", dice el director, responsable también del guion, del montaje y de la producción de la película, en una entrevista con Efe.

"Tengo que refugiarme en lo poco que conozco, que es una manera de hacer cine sin prisas, tranquila, relajada. El que ha hecho 'Canción de Cuna' o 'El Abuelo' no puede ahora hacer montajes rápidos, ni meter zoom; eso no tiene que ver conmigo".

Y así, también sin prisas, después de doce años cocinando este argumento que surgió charlando con un auténtico "fan" de Holmes, el fiscal general del Estado, su amigo Eduardo Torres Dulce, Garci ha llegado al final con una obra lenta ("esto no es Guy Ritchie", apunta José Luis García Pérez, un divertido y sexy Watson) y muy bien documentada.

"A mí lo que me va son las películas que no tienen ni principio ni final", se defiende Garci, para quien esta película hay que buscarla entre "el fluir de la vida" que es, por ejemplo, "El río", de Jean Renoir.

Porque "no es comedia, no es drama, no es de misterio, no es romántica, no es tragedia, no es melodrama... eso (no encontrar modo de clasificarla) debe tener que ver con la edad, porque yo ya no sé qué es una película -reflexiona-, qué es lo que provoca a un espectador".

Garci no solo atesora un Óscar ("Volver a empezar", 1982), sino que sus casi veinte largometrajes, sus Goya y sus decenas de nominaciones a los más prestigiosos premios, aparte de sus programas de cine para la televisión, le han convertido a lo largo de los años en una leyenda viva del cine español. Y le gusta sentirse antiguo.

Con "Asignatura pendiente" conectó con su generación, y también con "Las verdes praderas" o "El crack", dice, "pero ahora no sé cómo son los jóvenes", que han cambiado "hasta físicamente".

Y apunta que observa esa transformación en los cuerpos de los chavales que patinan por El Retiro, mostrando unos muslos "que no han tenido nunca las estrellas de Hollywood".

"Si yo me pusiera a reflejar eso sería un impostor", zanja.

La película, que no escatima escenas en las que los políticos se corrompen, especulan y abusan, es también una reflexión filosófica sobre el mal "que todo lo mueve", en un simbólico Jack El Destripador.

"Es una reflexión sobre el amor y sobre la amistad", corrige Garci.

"Es muy actual", aporta García Pérez, "porque el final del XIX fue muy parecido a lo que vivimos ahora; había una crisis económica radical con la pérdida de las colonias, y el mismo descreimiento, y muchos malos, con un 'Mal' que no se podía personalizar. Como ahora".

Piquer, que para muchos será siempre el Tomás de "Ala..dina", ha compuesto, sin fijarse en ningún otro Holmes anterior, un investigador "posmoderno", aunque no le gusta la palabra.

"Es premonitorio y también y un poco crepuscular, no es el de la gorra de caza, la lupa y la pipa, pero es reconocible", apunta.

Y Belén López es Irene Adler, a la que denominan en la cinta "la cosa más bonita que se ha visto debajo de un sombrero", una mujer "valiente, libre, adelantada a su época, que expresa sus sentimientos", y capaz, nada menos, que de enamorar a Sherlock Holmes, explica la actriz a Efe.

"El cine de Garci te puede gustar o no, pero la diferencia entre un 'hacedor' de películas y un artista es el que tiene un estilo propio, y él lo tiene", afirma García Pérez, mientras Piquer añade que a él lo que le gusta de Garci es "que te deja mirar dentro del plano". Sin prisas.

Por Alicia G.Arribas

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