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CRISIS EURO

Barroso defiende que el BCE pida condiciones a los países a cambio de intervenir

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso. EFE/Archivo
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso. EFE/ArchivoEFE

"Cuando hay amenazas a la integridad de la unión monetaria, el BCE tiene por supuesto el derecho a intervenir e intervendrá, pero desde luego, y correctamente, no quiere enviar el mensaje de que los Estados pueden seguir con políticas fiscales irresponsables, niveles de deuda insostenibles y una falta de supervisión como hemos visto recientemente cuando comprobamos que la realidad del sector financiero no era exactamente la que pretendía ser", dijo Barroso.

En un discurso ante los jefes de delegación de la UE, el presidente del Ejecutivo comunitario reiteró que no existen soluciones milagrosas ni una varita mágica que permita a la economía europea recuperarse, pero se mostró confiado en que la eurozona saldrá de la crisis.

"Tomará tiempo, no hay ninguna solución mágica, ninguna panacea; requiere una determinación constante, persistente y coherente a lo largo del camino de la respuesta integral" anticrisis de la UE, dijo Barroso.

Barroso citó cuatro desafíos concretos para la eurozona: la deuda soberana excesiva, el endeudamiento del sector privado -tanto en las empresas como de los ciudadanos-, la falta de competitividad internacional de varios Estados miembros y la transformación del sistema de gobernanza, particularmente de la eurozona.

"Hemos tomado nuestro futuro económico y político en nuestras manos y estamos proporcionando resultados y seguiremos rindiendo, pero esto requiere tiempo y, a la vez, determinación", señaló.

En cualquier caso, subrayó, el trabajo de la UE no ha concluido y hasta que lo esté "a nuestro sistema le faltará estabilidad", advirtió.

"Tenemos una unión monetaria, pero no podemos funcionar sin una unión bancaria y una mayor unión fiscal y económica", apuntaló.

Y la unión bancaria requiere un supervisor bancario único, más integración con una supervisión conjunta de las políticas económicas de los Estados miembros, sostuvo.

"Está claro que en una moneda, en una unión monetaria, un país no tiene el derecho de dañar a otros como está ocurriendo actualmente", señaló Barroso, y por eso en este proceso de integración también se necesitará una mayor unión política, más democracia y una mayor rendición de cuentas, agregó.

Se trata de proyectos a largo plazo en los que la clave reside en combinar la ambición con la secuencia adecuada.

"Necesitamos respuestas a corto plazo a la crisis, pero no son suficientes. A más largo plazo la estabilidad de la moneda también depende de la construcción política y la solidez de las instituciones detrás de la misma", aseguró.

Así, Europa saldrá de la crisis pero tendrá que proseguir con la consolidación fiscal, profundas reformas estructurales e inversiones inteligentemente enfocadas para regresar al crecimiento y crear los empleos que necesita, destacó.

Además, Barroso insistió en que algunos de los socios internacionales "subestiman" la determinación de Europa porque el debate nunca ha sido disolver la integración económica sino cuán lejos y cuán rápido llegar al objetivo de reforzar la Unión Económica y Monetaria.

El presidente de la Comisión Europea pidió actuar a nivel político para recabar el mayor apoyo ciudadano posible, porque en un momento en el que la UE busca una mayor integración el respaldo público está aminorando.

El riesgo al éxito del proceso podría ser precisamente el deterioro de la situación económica y los altísimos niveles de desempleo, concluyó.

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