Un ministro austriaco propone la expulsión de miembros del euro
El titular de Asuntos Exteriores aboga por echar a los países que no cumplan sus compromisos
El ministro austriaco de Asuntos Exteriores y vicecanciller, Michael Spindelegger, ha reclamado la creación de un mecanismo permanente a nivel europeo que permita expulsar a los países miembros de la unión monetaria que no respeten sus compromisos. El canciller austriaco, Werner Faymann, se ha visto obligado posteriormente a emitir un comunicado en el que se desmarcaba de las palabras del miembro del Ejecutivo.
"Necesitamos encontrar una forma que nos permita expulsar a un país de la eurozona" en el caso en que "no respecte sus compromisos", ha asegurado Spindelegger en una entrevista al diario austriaco Kurier.
El también líder del partido conservador austriaco no desmintió referirse a Grecia con estas palabras y se limitó a afirmar que si esta opción hubiera estado ya en marcha "se habrían tenido que sacar conclusiones".
Spindelegger ha hecho alusiones también a la situación de España, al recalcar que el país ha sufrido el estallido de una burbuja inmobiliaria, pero no ha hecho creer a sus socios europeos otra cosa, en referencia al hecho de que Grecia manipuló sus cifras económicas para poder entrar en el euro.
El ministro ha estimado que el proceso para poner en marcha una medida de estas características podría requerir unos cinco años, al implicar un cambio en los tratados de la Unión Europea. Este plazo, de acuerdo con sus declaraciones, no es demasiado tiempo para salvar el euro,
Más consecuencias negativas que ventajas
El canciller austriaco, Werner Faymann, ha tomado las distancias de las palabras del miembro del Ejecutivo a través de un comunicado en el que ha asegurado que las consecuencias negativas que tendría expulsar a un país de la eurozona superaría "con creces" los beneficios que podría tener para un país individual.
"No puedo recomendar una expulsión, asegura el líder del partido socialdemócrata, quien también recuerda que esto necesita cambios en el Tratado de la UE que requerirían el apoyo popular en una votación.
"Si los gobiernos de la zona del euro deciden no conceder ayudas a un país miembro, este se vería de facto obligado a abandonar la unión monetaria. Una bancarrota de un país del euro tendría consecuencias imprevisibles para el conjunto de Europa, y también para Austria, por lo que no es de nuestro interés", incide.
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