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POLONIA GASTRONOMÍA

Un español escapa de la crisis montando una empresa de Telepaella en Varsovia

En la imagen, una paella valenciana. EFE/Archivo
En la imagen, una paella valenciana. EFE/ArchivoEFE

El emprendedor se llama Quique Niczejewski, de 44 años, y reúne a partes iguales talento en la cocina, perseverancia y una buena dosis de pedagogía gastronómica porque, como él mismo reconoce, vender paellas en Polonia exige armarse de paciencia para explicar precisamente en qué consiste una buena paella.

"Mi mayor problema es que la mayoría de los polacos no saben lo qué es una paella. Los que no han ido a España de veraneo no tienen ni idea, y los que han ido han visto la paella turística y luego ven la mía y dicen que esto que hago no es una paella", explica Quique.

Lo cierto es que Quique Niczejewski conversa con Efe mientras prepara una paella encargada para más de 70 personas, y durante su cocción algunos comensales se acercan con sus platos para preguntar si ya pueden servirse, a pesar de que todavía ni siquiera ha añadido el arroz, o señalan con curiosidad esos extraños aros (calamares) o las hermosas gambas españolas que pueblan la paellera.

Este madrileño de origen polaco llegó a Polonia hace cuatro años para "buscarse la vida", escapando de la crisis en España, donde fue desde piloto profesional de motos hasta empresario inmobiliario, pasando por la hostelería y la restauración.

Las cosas tampoco han sido fáciles en la capital polaca donde, después de perder su empleo como responsable de un restaurante varsoviano, Quique decidió lanzarse a la aventura de hacer paellas, primero desde casa, para los amigos y, desde la pasada primavera, con su Telepaella, "algo que jamás habría imaginado que acabaría haciendo", dice.

El negocio va bien, asegura su propietario, que recuerda que en las primeras tres semanas de vida de Telepaella preparó más de 80 paellas, inicialmente sobre todo dirigidas a la comunidad española en Varsovia y, poco a poco, también al público local.

En contra de Telepaella no sólo juega el desconocimiento que los polacos tienen de lo que realmente es la paella, sino también el precio y la calidad de algunas materias primas como el conejo o el marisco, muy caros en Polonia.

"Nosotros compramos productos de España como el bacalao seco, el arroz bomba, las gambas o los calamares", explica este empresario y aventurero, hoy todo un embajador de la buena paella en Varsovia.

En esta ocasión le ayuda Vicente Vilches, de 59 años y también madrileño, quien tenía una empresa de canalizaciones telefónicas en España hasta que los impagos y la crisis le dejaron fuera de juego.

"Me gusta la cocina, he hecho cosas en cocina, me he venido para acá (Polonia) y he visto que aquí hay, sino una salida muy bonita, al menos una sujeción porque en España no hay nada", relató a Efe.

Vilches reconoce que es difícil hacer paellas para polacos "porque muy pocos han probado las gambas o los langostinos, y eso les sabe raro", o simplemente desconocen cómo comerlos, lo que de nuevo exige esa dosis de pedagogía que aplica Quique en su negocio para enseñar a disfrutar de la paella.

Al mismo tiempo se dan los casos inversos, y hay personas que les dicen: "Eso que cocináis no es una verdadera paella. Yo estuve en España y vi que la paella no lleva esto o lo otro que vosotros sí le echáis", cuenta Quique con humor.

Pero adversidades aparte lo cierto es que Telepaella cada vez llama más la atención de los varsovianos, que por unos siete euros pueden comer una buena ración de paella mixta y, cuando la prueban, siempre dicen "qué bueno", asegura su propietario.

Nacho Temiño

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