Passos Coelho, acosado por la oposición lusa, descarta subir los impuestos
El líder conservador, que gobierna con mayoría absoluta, no aclaró cómo compensará el año próximo los recortes salariales del sector público rechazados la semana pasada por el Tribunal Constitucional luso, que los consideró discriminatorios al no afectar también a las empresas privadas.
Pero aseguró que seguirá cumpliendo los compromisos del rescate financiero que obtuvo Portugal en mayo de 2011 y adoptará las medidas "menos penosas" para sustituir esos ahorros en los presupuestos de 2013.
Durante un debate sobre el estado de la nación, Passos Coelho se declaró satisfecho por los resultados del programa de ajuste económico de Portugal y el reconocimiento internacional que ha recibido y expresó su confianza en el futuro del país.
No obstante, reconoció que el desempleo ha subido más de lo previsto y que hay "riesgos considerables" para la consolidación presupuestaria, en aparente alusión al elevado nivel que mantiene el déficit fiscal luso por la caída de la recaudación impositiva en medio de la atonía de la economía.
La oposición de izquierda le reprochó que la situación de las empresas y las familias lusas es cada vez peor por la recesión (cercana al 3 %), el desempleo (15 %) y los recortes que han afectado a la sanidad, la educación y los subsidios sociales.
Los "compañeros de partido" de Passos Coelho que ganan cargos en las empresas privatizadas están en el "buen camino", pero no Portugal ni los portugueses, criticó el líder de la oposición, Antonio José Seguro, secretario general del Partido Socialista (PS).
"El país va de mal en peor y el primer ministro está desconectado de la realidad", agregó al pintar un negro panorama de 823.000 desempleados, en un país de 10,5 millones de habitantes, de los que 160.000 son jóvenes y, entre ellos, hay 116.000 licenciados.
Seguro señaló que más de 70.000 portugueses emigran cada año y ha desaparecido la financiación para las empresas y las familias.
"La receta de austeridad a cualquier precio ha fallado", aseguró el dirigente socialista, al cifrar en 2.000 millones de euros el desajuste presupuestario que acumula este año el Ejecutivo.
Las minoritarias fuerzas marxistas del Parlamento, el Partido Comunista (PCP) y el Bloque de Izquierda (BI), fueron aún más duras en las críticas a Passos Coelho, al que responsabilizaron del "desastre" que vive el país.
El líder del BI, Francisco Louca, pidió la renuncia del primer ministro, pero éste aseguró en el debate que no teme el "desgaste" a la hora de afrontar los problemas del país, que debe ser "un ejemplo para Europa".
Al PS, que gobernó Portugal hasta las elecciones anticipadas de junio del año pasado, le reprochó la herencia de endeudamiento que dejó y la falta de compromiso para cumplir los acuerdos del rescate financiero, pedido y negociado cuando estaba en el poder.
Sin embargo, Seguro, que defiende una suavización de las exigencias del rescate financiero, advirtió de que no está dispuesto a respaldar los excesos de austeridad del Ejecutivo.
El secretario de los socialistas propondrá a la UE que parte de los fondos del rescate luso reservados a la banca y no usados para recapitalizarla (unos 5.000 millones de euros) se destinen a pequeñas y medianas empresas para reactivar la economía.
El PS "no se cruza de brazos ni está subordinado a las órdenes de ninguna capital europea", afirmó en alusión a sus reiteradas críticas de que Passos Coelho, contrario a los eurobonos y las intervenciones del Banco Central Europeo a favor de las deudas soberanas, está alineado con Alemania.
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