Las remesas pasan de la crisis
Los envíos de dinero de los inmigrantes crecen más de lo previsto en 2011
La crisis europea y financiera global no ha logrado frenar los envíos de remesas de los inmigrantes a sus países de origen. Así lo revela un reciente informe del Banco Mundial, donde se revisan los datos para 2011 desde los 351.000 millones de dólares calculados inicialmente hasta los 372.000 millones que indican sus últimas estimaciones. Un incremento del 12,1% respecto a 2010 en un año en el que la economía mundial creció un 3,9% y los países desarrollados —donde trabajan esos inmigrantes que mandan el dinero a sus países— apenas lo hicieron un 1,6%. Para este año, el organismo internacional prevé que las remesas ronden los 400.000 millones de dólares pese a la situación que atraviesan economías desarrolladas como las europeas.
Según el Banco Mundial, los inmigrantes pueden haber capeado mejor que otros trabajadores algunos de los efectos más dolorosos de la crisis, dado que por lo general suelen trabajar por salarios más bajos, reciben menos beneficios del sector público y dependen relativamente poco del Estado. Y pese a que las condiciones laborales de muchos de los 215 millones de inmigrantes que hay en todo el mundo estén empeorando en algunos países de destino, especialmente la rica Europa, el apoyo efectivo de los inmigrantes a sus familias se mantiene firme. Solo en 2009, los envíos de dinero registraron un descenso del 5,2%, frente a las “estrepitosas caídas” que registraron en ese ejercicio los flujos globales de capital privado.
De hecho, un reciente libro publicado por el organismo y coeditado por Dilip Ratha, Ibrahim Sirkeci y Jeffrey Cohen, revela que los flujos migratorios mundiales no se están viendo afectados por la crisis financiera, como cabría esperar. “Contrario a las expectativas, no descubrimos evidencia alguna del retorno de inmigrantes, incluso cuando la crisis financiera redujo las oportunidades de empleo en Estados Unidos y en Europa y pese a que en este último continente muchos países, como España, ofrecen incentivos económicos para estimularlos a volver a sus países”, apunta Sirkeci.
España es el quinto país del mundo en envío de dinero de inmigrantes
Pero esos incentivos claramente no han funcionado. Los datos del INE indican que, pese a la grave situación económica española, el número de inmigrantes creció un 0,1% en 2011, un 1,8% en 2010 y un 7,2% en 2009. “Lo sorprendente es que dada la situación económica en España no solo no caiga la llegada de ciudadanos extranjeros sino que siga creciendo. Aquí no se ha ido nadie”, subraya Gayle Allard, economista de IE Business School. “Si analizamos las tasas de desempleo de los inmigrantes son mayores, incluso, que las de los españoles, y mientras tanto las remesas crecen. Eso significa que muchos desarrollan sus trabajos en el mercado negro y en la economía sumergida. La mayoría tiene muchas cargas de las que no se puede deshacer tan fácilmente y eso les obliga a aguantar como pueden”, señala la experta.
Quizás eso explique que España, el país donde más ha crecido la inmigración en la última década, se haya convertido ahora en el quinto país más importante en lo que a envío de remesas se refiere, después de Estados Unidos, Arabia Saudí, Rusia y Suiza. Por países receptores, India y China, con 64.000 y 62.000 millones de dólares, respectivamente, encabezan de lejos el ranking, seguidos por México (24.000); Filipinas (23.000) y Egipto (14.000).
Precisamente, Egipto, India, China y Tailandia explican en buena medida la revisión al alza de las cifras del Banco Mundial de 2011, aunque por motivos diversos: la caída del precio de la vivienda, que ha animado las compras por expatriados (Egipto); la debilidad de la divisa (India) y nuevas estadísticas nacionales (China y Tailandia).
Con los datos de 2011 encima de la mesa, el Banco Mundial confía en que los envíos de dinero hacia los países en desarrollo sigan creciendo a un ritmo de entre el 7% al 8% anual hasta alcanzar los 467.000 millones de dólares en 2014. El total de las remesas mundiales, incluidas las enviadas por los inmigrantes a los países desarrollados, superará los 615.000 millones de euros para 2014, desde los 501.000 registrados en 2011.
Pese a que en España han empezado a salir trabajadores a buscar empleo fuera del país, Allard descarta que vayan a enviar dinero a sus familias. “No creo que ese sea el tipo de inmigración que vamos a ver en España. Los españoles salen fuera porque aquí no hay trabajo, pero lo hacen para vivir en el país de origen y a eso destinan sus ingresos”, aclara la economista.
El organismo, no obstante, advierte de algunos riesgos que pueden enturbiar este optimista panorama. “El persistente desempleo en Europa y Estados Unidos afecta a las perspectivas de trabajo de los inmigrantes instalados y dificulta las actitudes políticas hacia la nueva inmigración”, dicen los expertos en su informe. “Hay riesgos de que si la crisis europea se agudiza, los controles de inmigración en esos países puedan ser incluso más duros”. Y otra mirada a las consecuencias que eso puede tener en otros sectores: “Un agravamiento y extensión de la crisis europea supondrá una amenaza a los precios del petróleo, lo que reducirá la demanda de trabajadores inmigrantes en los países productores, así como de sus remesas hacia Asia”.
“El número de competidores en el sector se va a reducir”
Como responsable de MoneyGram para España, Portugal, Bulgaria y Rumanía, Pedro Saro dispone de un puesto de observación privilegiado para seguir los cambios demográficos que se están produciendo en Europa por culpa de la crisis. MoneyGram tiene actualmente una cuota del 15% en un mercado muy atomizado como el español.
Pregunta. ¿Cómo afecta la crisis a las remesas en España?
Respuesta. Hay una contracción del volumen. Según el Banco de España, el descenso comenzó en el último trimestre del año pasado, y todo indica que los datos del primer trimestre de este año confirmarán esta tendencia. De todos modos, considerando la profundidad de la crisis, no es una contracción muy significativa. En 2012 va a continuar decreciendo el volumen, pero hablamos de cantidades anuales muy altas, de más de 7.000 millones de euros.
P. ¿Qué cambios va a provocar en el sector el cambio de tendencia?
R. Hay más de cincuenta licencias de remesadoras otorgadas por el Banco de España, y hacer negocio en este sector es cada vez más complejo. Los márgenes son bajos, la presión regulatoria crece y, por último, está la situación económica. Al final, esos tres factores deberían acabar en una consolidación o una reducción del número de competidores.
P. ¿A qué se refiere cuando habla de la presión regulatoria?
R. Nos referimos a los requisitos del Banco de España y del Seplac en cuanto a la prevención del lavado de dinero. Somos un sector muy regulado y salen continuamente nuevas normas, nuevos mecanismos de control que tenemos que imponer a nuestra red de agentes.
P. ¿En qué colectivos de inmigrantes se están notando más cambios en estos meses?
R. En Rumanía estamos notando un gran descenso, tanto en volumen de remesas como en la cantidad que se envía por remesa. Muchos rumanos están dejando nuestro país para irse al norte de Europa, a países como Reino Unido y Alemania, donde hay oportunidades de empleo y tienen libertad de movimiento. El rumano es un colectivo muy especializado en el sector de la construcción, que se ha desplomado. Algunas nacionalidades latinoamericanas también han descendido, como la ecuatoriana. Pero excepto Rumanía, no parece que se haya marchado mucha gente.
P. ¿Qué planes tiene MoneyGram para afrontar todos estos cambios?
R. Nos va bastante bien, teniendo en cuenta la situación. Este año estamos creciendo a dos dígitos en volumen, y nuestra estrategia fundamental ahora mismo es captar cuota de nuestros principales competidores. No aspiramos a crecer como hace seis años, con el boom de la inmigración.
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