Así es la nueva Zara
La cadena presenta en Nueva York su nuevo concepto de tienda Usa paredes blancas, decoración minimalista y pantallas gigantes de televisión “Tenemos que intentar dar vida a la ropa”, dice la responsable del proyecto
Zara ha presentado esta mañana en Nueva York su nuevo formato de tienda, con un nuevo concepto arquitectónico y de diseño interior. Ese concepto se pone de largo en la nueva tienda de referencia del grupo en el número 666 de la Quinta Avenida, en el edificio Tishman. Zara ha apostado siempre por tener tiendas emblemáticas con las que atraer la atención y crear imagen de marca.
Se trata de un modelo de tienda minimalista, con diferentes espacios separados por biombos traslúcidos, predominio absoluto del blanco con algunos toques de gris y juegos de luces directas e indirectas a modo de decoración. Apenas hay baldas para la mercancía doblada, sino que esta se expone colgada aprovechando las paredes y biombos y en algunas mesas centrales. Las maderas del mobiliario se han terminado en texturas que recuerdan al lino o la seda, en colores neutros. La tienda completa su decoración con grandes pantallas de televisión gigante, una especie de videowalls, que dan el toque tecnológico al establecimiento.
La firma más famosa de Inditex reformará sus 1.200 locales al nuevo estilo antes de 2020
Algunas de las tiendas abiertas el pasado año se han ido aproximando a ese concepto, como las de Sidney y Melbourne (en Australia), una en Londres, otra en Oporto, otra en Taiwan y otra en China. En España, el nuevo concepto se ha probado en el centro comercial Marineda City, en A Coruña, cerca de la sede de la propia compañía en Arteixo. Esa tienda fue una especie de ensayo general de la abierta ahora en Nueva York. El nuevo concepto se aplicará después en todas las nuevas aperturas y en todas las reformas de tiendas, que irá acometiendo aceleradamente. Zara hace retoques en su modelo de tienda cada dos años, pero no con cambios tan profundos como este. La firma reformará sus 1.800 locales antes de 2020, según ha asegurado este miércoles.
“Tenemos que intentar dar vida a la ropa, darle un marco donde se valoren y se entiendan las colecciones de Zara y todo el trabajo que encierran. No se trata solo de exponer mercancía sino de crear un espacio donde la ropa cobre vida”, ha señalado la arquitecta Elsa Urquijo, que ha estado al frente del nuevo concepto de tienda, en la presentación del establecimiento de la Quinta Avenida, a donde ha invitado a un grupo de periodistas de medios internacionales, entre ellos EL PAÍS.
Una tienda más ecoeficiente
Inditex presume de que la nueva tienda de la Quinta Avenida consume un 30% menos de energía y un 70% menos de agua con respecto al consumo medio anual de una tienda convencional gracias a una serie de medidas de corte medioambiental.
Zara ha instalado detectores de presencia en el almacén que disminuyen la intensidad lumínica en un 80% cuando no hay nadie y detectores de presencia en las zonas de menos tránsito, como baños y pasillos internos. La iluminación de la tienda también se reduce en un 66% durante las tareas de limpieza y carga y descarga en la tienda.
Además, las escaleras mecánicas tienen regulación de velocidad, hay una climatización más eficiente, con una doble puerta en la entrada y cortinas de aire con regulación electrónica que evitan la entrada de aire más frío o más caliente procedente del exterior. Las maderas y las bolsas de papel están certificadas medioambientalmente.
La nueva tienda, en la que trabajarán 450 personas, se abre al público este jueves. Es la más grande de la cadena en Estados Unidos, con más de 3.000 metros cuadrados distribuidos en tres plantas, cada una de las cuales se ordena en torno a dos largos ejes, pasillos o pasarelas. “El espacio tiene que ser muy intuitivo y visual, de forma que instintivamente te apetezca recorrerlo y descubrirlo. El propio espacio se convierte en una pasarela virtual en que el propio cliente forma parte de ese desfile”, explica Urquijo.
Esos pasillos conducen a espacios individualizados o cubos en cada lateral, una especie de miniboutiques en los que se muestran las diferentes colecciones de forma individualizada. “Necesitamos crear una atmósfera tranquila y elegante, donde realmente se vean las prendas. Se han texturizado todos los fondos y envolventes, tratando de conseguir una sensación de envolvente completa que realce las colecciones y nos las haga sentir próximas”, razona la arquitecta. “Se han creado cajas que funcionan como armarios personalizados, que envuelven la ropa y le dan valor”, añade.
Toda la planta del nivel de calle es de ropa de señora, de señora y niño, y la sección de caballeros está en la primera planta. La tienda tiene cinco escaparates y una fachada de más de 23 metros. La fachada es con un marco blanco puro y escaparates que muestran muy poca mercancía, pero dejan ver el conjunto de la tienda desde el exterior.
Zara incorpora además por primera vez en la tienda de la Quinta Avenida la tecnología del pago a través del móvil y también el pago con tarjeta sin contacto, por radiofrecuencia, sin necesidad de pasar la tarjeta por la banda magnética que irá introduciendo progresivamente en más tiendas.
Inditex compró hace un año el local de la Quinta Avenida por 324 millones de dólares (247 millones al cambio actual), en la esquina con la calle 52, donde antes estaba la tienda de la NBA, muye cerca del Museum of Modern Art y de la catedral de San Patricio. Zara tiene como vecinos de manzana en la calle comercial más cara del mundo a la pujante cadena japonesa Uniqlo, con un enorme local en alquiler que más que duplica el espacio de la española y a Hollister (la segunda marca de Abercrombie & Fitch).
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