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El provechoso legado de Gallois

El consejero delegado de EADS deja el grupo en su mejor momento industrial y económico

Louis Gallois, consejero delegado de EADS, tras presentar los resultados de 2011
Louis Gallois, consejero delegado de EADS, tras presentar los resultados de 2011François Mori

A lomos del último cambio de siglo se fusionaban tres compañías aeronáuticas: la alemana Daimler (Dasa), la francesa Aerospatiale Matra y la española Construcciones Aeronáuticas (Casa). Empezaba un sueño. Una docena de años después, EADS, el resultado de aquella fusión, se codea con gigantes norteamericanos como su rival Boeing o el conglomerado General Electric.

Los resultados de su último ejercicio reflejan, además, una situación saneada financieramente: la tesorería neta, aunque se ha reducido en un 2%, supera los 11.500 millones de euros, lo que les permitirá mantener su política de diversificación y adquisiciones, con la que, entre otras cosas, tratan de potenciar las actividades ajenas a la aviación comercial.

Airbus es, sin duda, la joya de la corona y la responsable fundamental, junto con su hermana Eurocopter, de los resultados alcanzados en 2011. Pero el resto de las actividades aeroespaciales (Astrium) y de seguridad y defensa (Cassidian) tienen por delante un importante recorrido, al que dedicarán gran atención. Eso sí, como recordaba esta semana su consejero delegado, sin rivalidades internas y sin menoscabo del crecimiento de Airbus, que en 2011 ha supuesto dos tercios de los ingresos del grupo y un tercio del Ebit (beneficio antes de intereses e impuestos).

La tesorería neta, aunque ha caído un 2%, supera los 11.500 millones 

Louis Gallois, que deja el cargo a partir del 1 de junio en manos del alemán Tom Enders, actual presidente de Airbus, no podía disimular su satisfacción el pasado martes en la presentación de los resultados ante la prensa. No en vano presenta una tarjeta con un incremento del 87% del beneficio neto, del 38% del 7% de los ingresos y de un aumento del 21% de una cartera de pedidos que se acerca a los 550.000 millones de euros. Además, se ha incrementado la plantilla en un 9%, al alcanzar los 133.115 empleados. Todo ello en un momento de “gran volatilidad marcado por la crisis económica y la deuda soberana”, según Gallois.

El peso de la fibra de carbono

La presencia de España (5,45% del capital a través de la SEPI) en el primer grupo industrial europeo se reparte entre la figura del convidado de piedra y el pescador en río revuelto. Con un miembro en el consejo de administración (Josep Piqué acaba de sustituir a Juan Manuel Eguiagaray), pero alejada de los altos niveles de dirección ejecutiva, ha sabido, sin embargo, aprovechar las circunstancias para conseguir retornos industriales que en algún caso, como el del A350, supera el 10% del proyecto. Y ha desarrollado bajo su paraguas una tecnología en fibra de carbono en la vanguardia de los países más avanzados. Ha habido, eso sí, dos “portazos” de sendos presidentes españoles al abandonar sus cargos, pero se encuentra ahora en una posición cómoda a la espera de las nuevas directrices que definan la gestión de Tom Enders a partir del 1 de junio.

Gallois comentaba este jueves a un grupo de periodistas que no había banderas en las mesas de los directivos del grupo, y que su gestión se enmarcaba en la defensa de su principal accionista que, recordó, había que buscarlo en los mercados financieros de Estados Unidos, Francia y Reino Unido. Casi el 50% del capital de EADS cotiza en Bolsa.

La mayor parte de la participación española se enmarca en Airbus Military y se ve afectada por las dificultades presupuestarias propias de los Gobiernos en situaciones de crisis económica. En cuanto al aspecto económico, la SEPI recibirá este año casi 20 millones de euros por sus acciones.

Pero no ha sido todo un vuelo placentero. En algunos ejercicios, como el de 2009, pasaron un bache importante, con pérdidas de más de 750 millones de euros, entre otras cosas por el retraso en el programa del avión de transporte militar A400M que se ensambla en Sevilla. Algún uso de información privilegiada de la que se beneficiaron algunos dirigentes anteriores terminó incluso en los tribunales.

Pero la espada de Damocles que blande desde el principio sobre este grupo industrial es el pulso entre franceses y alemanes para atraer a su territorio los beneficios de cualquier decisión. Y paradójicamente ha sido un alemán, Enders, el que quiere desplazar a Toulouse, sede de Airbus, el cuartel general del grupo. La reacción de su Gobierno no se ha hecho esperar y ha amenazado con retirar los préstamos adelantados para el desarrollo del A350.

La espada de Damocles que blande sobre el grupo es el pulso entre franceses y alemanes

Según Gallois, que reconoce que no es una idea nueva y que no ha tomado durante su mandato una decisión semejante porque le “encanta París y Múnich”, todo se resolverá, una vez más, con un “diálogo sereno entre las autoridades alemanas y el resto de los Gobiernos”.

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