Una regulación europea para las hipotecas
El Parlamento europeo prepara una directiva para unificar la normativa sobre préstamos hipotecarios
Un informe del regulador bancario británico reconocía que la mitad de las hipotecas concedidas en 2007 y 2008 no habían verificado los ingresos del solicitante.
Para acabar con estos excesos, armonizar el mercado hipotecario europeo y dotar de mayor seguridad al consumidor, el Parlamento Europeo prepara una directiva que debe estar aprobada este año.
Los grupos parlamentarios negocian un texto que aún debe pasar por la Comisión y el Consejo.
“La dación en pago forzosa agravaría los problemas”
Antolín Sánchez Presedo (Betanzos, A Coruña, 1955) es ponente de la directiva hipotecaria en el Parlamento Europeo. Desde su despacho en Bruselas, defiende un giro al texto legal frente a las presiones de los parlamentarios conservadores.
Pregunta. ¿Qué novedades trae la directiva y cuándo estará lista?
Respuesta. Tiene tres objetivos: mejorar la integración de los mercados europeos, de la protección al consumidor y la inclusión financiera. A partir del primer trimestre del año empezará la negociación con el Consejo, aunque la presidencia danesa no lo ha incluido. Como pronto estará aprobada a mediados de año y como tarde a finales.
P. El borrador ha recibido críticas por su inconcreción. ¿Qué efectos prácticos tendrá sobre los ciudadanos españoles?
R. Se notará más en el futuro. La nueva norma ofrecerá soluciones para abordar crisis: un mercado flexible, que no imponga condiciones excesivas, que contemple la dación en pago cuando las partes están de acuerdo...
P. Precisamente la dación en pago se ha convertido en la reivindicación principal de organizaciones sociales españolas, que la proponen en todos los casos y no solo cuando banco y cliente estén de acuerdo.
R. Yo quiero que se obligue a los Estados a regularla, pero siempre como acuerdo voluntario entre banco y cliente. Debe ser una opción, no una obligación. En un momento como este, de iliquidez de las entidades financieras, promover más iliquidez podría agravar la situación. Queremos un mercado más eficiente y competitivo sin plantear problemas de estabilidad financiera.
P. ¿Por qué queda fuera la legislación de sobreendeudamiento familiar, muy necesaria en España?
R. He dirigido dos cartas al comisario [de Comercio Interior] Barnier en ese sentido. Pedimos a la Comisión que profundice en tres áreas: si debe existir un límite al crédito ligado a la evolución del crecimiento; si se debe separar la banca de depósitos de la de inversión; y el tratamiento de las instituciones altamente endeudadas y del sobreendeudamiento familiar. Hay políticas muy activas en Estados miembros que merecen un estudio profundo.
P. Una de las principales novedades del texto es el tiempo de reflexión obligatorio para los consumidores. ¿Cómo se regulará?
R. La hipoteca es la decisión financiera más importante en la vida de una persona y debe ser meditada y con pleno conocimiento. Proponemos una mejor educación financiera, asesoramiento independiente y un periodo de 14 días de enfriamiento para la reflexión. Esto último se está estudiando, porque no queremos perjudicar al consumidor. Nos planteamos la posibilidad del desistimiento: un periodo para comparar, conocer mejor el producto recibir asesoría.
P. ¿Cómo se garantizará la independencia de las tasadoras?
R. Propongo una tasación profesional independiente. Es una garantía para que los inversores reactiven el mercado y expandirlo. El mercado hipotecario tiene una gran capacidad de crecimiento y puede ser una locomotora en los próximos años.
“Si Europa no interviene, ¿para qué nos sirve?”
Ada Colau (Barcelona, 1974) viajó a Bruselas para recordar a los eurodiputados el drama de los cientos de miles de familias españolas que pierden su casa por no poder pagarla.
Pregunta. ¿Qué conclusión saca del seminario del Europarlamento sobre la nueva directiva hipotecaria?
Respuesta. Es decepcionante. Muchos afectados llevan tiempo diciendo que lo que pasa en España es tan grave que habría que llevarlo a Europa. Pero por lo que hemos visto, la nueva directiva está más preocupada por alcanzar acuerdos de mínimos y devolver estabilidad y confianza al sistema hipotecario. Es evidente que priman los derechos de las entidades financieras sobre los de los ciudadanos.
P. ¿En qué puede ayudar Europa a los hipotecados españoles?
R. Los ponentes han coincidido en que España es el caso más grave de la UE. Pero dicen que Europa no puede intervenir, que se tiene que resolver en el ámbito español. Si Europa no interviene, ¿para qué sirve?
P. ¿Qué echa de menos?
R. La directiva aborda asuntos como la solvencia de los deudores, con lo que estamos de acuerdo. Pero se olvida del tema central: que el acceso a la vivienda a través del sobreendeudamiento ha llevado a la ruina a cientos de miles de personas. Querríamos que se pusieran las condiciones para que eso no volviera a ocurrir; que se limitara a un 30% de la renta la cantidad máxima que se destina a la hipoteca; que se limitara el plazo máximo de devolución... Con estas medidas se regularían los precios de la vivienda. Pero el seminario no ha tratado ni estos temas ni la dación en pago.
P. ¿Cómo va la Iniciativa Legislativa Popular para impulsar la dación en pago?
R. Hace tres años nuestras tres reivindicaciones —dación en pago retroactiva, moratoria de desahucios y conversión de hipotecas en alquiler social— eran un grito en el desierto, pero ahora se han convertido en un clamor popular. Pese a que la mesa del Congreso de los Diputados lo ha dilatado, en septiembre lo aprobaron y en febrero o marzo empezaremos a recoger firmas. Necesitamos 500.000 en nueve meses, pero sabemos que podemos recoger muchísimas más. Depende de nuestra capacidad de organización. Vamos a imprimir tres millones de firmas, pero si se terminan imprimiremos muchas más.
P. La directiva trata de mejorar la solvencia de los deudores. ¿Por qué no están de acuerdo?
R. Como criterio de solvencia, mencionan el que haya perspectivas razonables de que la situación económica va a mejorar próximamente. Pero es que la mayor parte de la gente que hoy no puede pagar la hipoteca se ganaba bien la vida cuando la firmó. Si vamos hacia una mayor precarización del mercado laboral, con más de la mitad de la gente ganando menos de 1.000 euros, ¿dónde se va a encontrar esa solvencia? Hablan de informar al consumidor, pero lo que hace falta es evitar que se produzcan abusos. Se supone que en los contratos actuales se había informado al que los firmo. Había notarios. Formalmente era así, pero todos sabemos que es mentira.
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