La Policía registra la casa de Ruiz-Mateos
Tres agentes vigilan la entrada al domicilio del empresario. -La familia es investigada por las emisiones de pagarés de distintas empresas de Nueva Rumasa
Agentes de la policía han registrado esta mañana el domicilio de la familia Ruiz-Mateos en Somosaguas, en Madrid. Un grupo de miembros de los cuerpos de seguridad del Estado y dos furgones permanecían ante la puerta a mediodía, aunque ningún familiar ha realizado todavía declaraciones. El patriarca, José María Ruiz-Mateos, estaba en el interior de la vivienda cuando se inició la inspección, según fuentes policiales. Su esposa, Teresa Rivero, salió a media mañana en coche del garaje de la casa, según testigos presenciales en la zona, aunque no ha querido hablar.
El registro está siendo llevado a cabo por orden de la Audiencia Nacional en el transcurso de la investigación que se sigue contra la familia Ruiz-Mateos por las emisiones de pagarés de distintas empresas del conglomerado Nueva Rumasa. La Policía ha desplazado también a perros guía que han entrado al domicilio en busca de posibles pruebas que puedan servir en la investigación del juez Pablo Ruz.
Los periodistas congregados a las puertas del domicilio han podido ver a uno de los hijos del clan a través de las ventanas del inmueble. Los seis vástagos y sus padres están siendo investigados por la Audiencia Nacional a raíz de la querella interpuesta por más de 300 inversores que depositaron sus ahorros en las empresas del grupo, tras distintas campañas de publicidad en las que se prometían altas rentabilidades.
Otras causas
El fundador de Nueva Rumasa, José María Ruiz-Mateos, se enfrenta a otras causas en los juzgados de Palma de Mallorca. El empresario se negó ayer a declarar ante el juez por una acusación de estafa de 7,3 millones de euros en la compra de dos hoteles de la isla a Inversiones Insulares Radó. El juez Enrique Morell decretó la prohibición para el empresario de abandonar el territorio nacional y le obligó a presentarse ante el juzgado cada dos semanas.
El empresario también se negó ayer a hacer ningún tipo de declaración en otra causa, la que nace de la denuncia interpuesta por Inversiones Grupo Miralles (IGM) por otra presunta estafa de 13,9 millones. El caso también se refiere a la compraventa de hoteles en Mallorca.
A la salida de los juzgados de Palma, aseguró que "siempre" había trabajado "para la clase obrera", al tiempo que indicó que no se "arrepiente de nada". Además, acusó al presidente del Banco Santander, Emilio Botín, de "manejar a los jueces como quiere". También tuvo palabras para los jueces. "La Justicia es de vergüenza, pero sabe lo que les digo a los jueces: ¡Que me los paso por los cojones!", espetó.
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