El BCE baja tipos y toma medidas para ayudar a la banca pero defrauda con la compra de bonos
El instituto emisor cumple parte de las expectativas y vuelve a recortar el precio del dinero por segundo mes consecutivo. -También flexibiliza la barra libre de liquidez aunque echa un jarro de agua fría sobre una mayor implicación para superar la crisis de deuda
El Banco Central Europeo ha cumplido con parte de las expectativas y ha vuelto a bajar los tipos de interés por segundo mes consecutivo en otro cuarto de punto hasta el 1%, con lo que repite el mínimo histórico de la era euro que ya tocó en entre mayo de 2009 y marzo de 2010. Este descenso del precio que cobra el instituto emisor por alquilar el dinero tiene como objetivo evitar los cada vez mayores riesgos de recesión que acechan a Europa, que está ya a medio camino de una década perdida. Pero no solo, ya que junto a este tijeretazo en los tipos ha anunciado medidas para ampliar su barra libre de liquidez con vistas a atajar las tensiones en la banca europea, que son tan insoportables como las del mercado de deuda pública, en donde no ha habido novedad.
En este último apartado, el presidente del instituto emisor, Mario Draghi, ha rechazado la posibilidad de ampliar su programa de compra de bonos de los países con problemas para financiarse. También ha descartado la opción de un eventual crédito puente al FMI con el objetivo de sortear las restricciones que tiene el BCE para acudir en ayuda de estos países, una opción que ha calificado como "legalmente compleja". Según ha argumentado Draghi, el mandato del instituto emisor es controlar precios y "no financiar Estados". Eso sí, pese a que a la posible solución a las turbulencias que atraviesan los mercados de deuda no llegará del lado del Banco Central, ha advertido de que "no tiene ninguna utilidad especular con la ruptura del euro".
Sobre el panorama macroeconómico que afronta Europa, según ha advertido Draghi, los riesgos a la baja para el crecimiento siguen aumentando. De hecho, ha reducido su horquilla de previsiones sobre el PIB de 2012 hasta un rango de entre el -0,4%, lo que supone volver a la recesión, y el 1%. Para el siguiente año, augura un crecimiento que se sitúa en una amplia banda que va del 0,3% al 2,3%. Por el lado de la inflación, que sí es el principal mandato del BCE, ha confirmado que las tensiones sobre los precios se mantienen moderadas.
Para aliviar la delicada situación de los bancos, el BCE ha anunciado dos subastas extraordinarias de liquidez a 36 meses, por encima del plazo actual. Estas operaciones serán a tipo fijo y con adjudicación plena. Esto es, sin límites en cuanto al dinero que pueden pedir los bancos. Una de las dos subastas tendrá lugar el 21 de diciembre mientras que sustituirá la que se había anunciado el 6 de octubre con vencimiento a un año. Los bancos tendrán la posibilidad de devolver el efectivo al año, sin esperar a que agoten todo el vencimiento. El interés una vez que venza la operación será el de la media de los tipos oficiales aplicables durante la vida de los préstamos.
Otra novedad está en los activos que pueden aportar los bancos para acudir a estas subastas, donde se flexibilizan los criterios que hasta ahora aplicaba el BCE. Draghi ha explicado que las entidades comerciales podrán dejar a cambio del dinero titulizaciones (deuda garantizada) con calificación A, cuando hasta el inicio de los problemas solo admitía activos AAA, un rango que equivale a la máxima calidad posible.
Junto a estos activos, la autoridad monetaria del euro también permitirá temporalmente a los bancos a partir de mediados de enero aportar como garantía los préstamos a sus clientes. Estos créditos, sin embargo, deberán ser analizados por los bancos nacionales, que deberán confirmar su calidad y que no son morosos.
Por otra parte, junto a la rebaja de tipos, que no ha sido unánime, según ha revelado Draghi, el BCE ha reducido el interés que abona por los depósitos que hacen los bancos hasta el 0,25%. Esta rebaja de la rentabilidad que ofrece persigue disuadirles de dejar sus fondos fuera del mercado. Con ello, quiere aumentar el dinero en circulación con vistas a reactivar los préstamos a las familias y empresas. El grifo del crédito se ha cerrado por la extrema sequía en el mercado interbancario, en el que las entidades solían prestarse dinero cuando el sistema funcionaba con normalidad.
La reacción de los inversores a las nuevas medidas del BCE, que cumplen las expectativas de los mercados, ha sido la de disparar las compras de los valores vinculados a la zona euro tanto en la renta variable como en la fija. Gracias a ello, las Bolsas han consolidado las subidas de forma generalizada, el euro se ha recuperado frente al dólar y, en la deuda, las primas de riesgo de los países bajo presión han cambiado de tendencia y se han reducido. No obstante, la alegría ha durado poco, hasta que Draghi ha advertido de que fue malinterpretado en el Parlamento Europeo. De hecho, se ha visto sorprendido por la lectura que hicieron los medios de lo que dijo. En su intervención ante la Eurocámara, el presidente del instituto emisor insinuó que si los Gobiernos de la eurozona dan pasos hacia un estricto pacto fiscal que imponga disciplina a la alemana, el BCE podría abrir fuego en el mercado de deuda para quitar tensión a los países más necesitados.
De momento, sin embargo, pese a haber cumplido las expectativas sobre los tipos y las facilidades de liquidez, no habrá más compras de bonos en el secundario para aliviar la presión contra los Estados con problemas de financiación. Tal y como ha recordado Draghi en su segunda intervención como presidente del BCE tras el consejo de Gobierno mensual del organismo, el programa no puede ser "eterno ni infinito".
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