Fainé ve injusto que Europa no cuente las provisiones genéricas de la banca española
Caixabank presenta unas necesidades de 602 millones, de los que 524 surgen del ajuste en la deuda. -El presidente de La Caixa da por segura la paz en Repsol
El presidente de La Caixa y CaixaBank, Isidro Fainé, se ha unido a las voces críticas respecto a los criterios que ha seguido Europa para valorar las necesidades de capital del sector financiero y ha reconocido que ve "una cierta injusticia" en el hecho de que la Autoridad Bancaria Europea (EBA, en sus siglas en inglés) no tenga en cuenta las provisiones genéricas que el sector reserva en España para momentos de crisis.
"No me siento injustamente tratado", ha querido dejar claro Fainé al hablar sobre los exámenes, pero sin querer cargar las tintas. Aunque, acto seguido, ha añadido que el hecho de no contemplar las provisiones genéricas "sí parece una cierta injusticia, que ya pasó en las pruebas de resistencia anteriores". A su juicio, estas provisiones "no dejan de ser recursos propios", con lo que "no se entiende [que la EBA no las valore], pero como solo las tiene España, no lo han querido contar tampoco en las pruebas".
La banca española no ha salido bien parada con los nuevos criterios europeos y es, después de la de Grecia, la que más necesidades de capital tiene: 26.161 millones de euros (el 82% correspondientes a Santander y BBVA). La EBA no ha permitido contabilizar ni las genéricas ni las convertibles que no venzan este mismo año.
Fainé se ha puesto esta mañana ante los micrófonos y las cámaras para lanzar mensaje claro de que la entidad podrá cumplir con las nuevas exigencias de capital europea, con la generación de capital orgánica, "sin problema" ni necesidad de llamar a la puerta de los mercados. El capital de máxima calidad de Caixabank (core tier 1) alcanza el 8,9%, a solo una décima del requisito de la EBA, lo que se traduce en una necesidad de 602 millones a 30 de junio, que la entidad liderada por Fainé puede generar de forma orgánica. De esa cantidad, 524 millones se deben al impacto que la depreciación de la deuda pública de su cartera.
Además, el presidente de La Caixa destaca que la entidad dispone de otras tres "huchas": una cartera de convertibles (de 1.600 millones de euros), provisiones genéricas de 1.835 millones y las plusvalías latentes en participadas como Telefónica o Repsol, si bien insistió en que no será necesario recurrir a desinversiones. Además, ha resaltado los 23.000 millones de liquidez de la entidad.
El conjunto de la banca española "pasará la prueba", ha asegurado Fainé, quien ha defendido la transparencia de España al haber sometido a examen al 90% del sector. A su juicio, los dos grandes bancos con más necesidades de capital, Santander y BBVA, "van a cubrir" los nuevos requisitos porque tienen convertibles a las que recurrir, sobre todo el Santander. Tampoco vio peligro en el resto. Recordó que la medida afecta dos de los bancos más solventes de Europa 8Santander y BBVA), al Popular, "que tiene mucho margen", "y a dos de las mayores cajas", en referencia a Bankia (Caja Madrid y Caixabank (La Caixa). "Vamos a pasar la prueba", aseguró. "Se ha demostrado que el sistema financiero español es sólido y sin contar siquiera con las genéricas", ha recalcado, quien ha añadido que "si se contase quizá las cosas serían distintas". También el panorama resultaría diferente si computasen las convertibles, "que se convierten sí o sí".
Fainé ha hecho estas declaraciones en Bilbao, durante el VII Congreso de Directivos, que organiza la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE), que ha costeado el desplazamiento de varios medios, entre ellos EL PAÍS.
Sobre a la batalla en torno a Repsol, de la que Caixabank controla el 12% de las acciones, Fainé fue concluyente. "Estoy seguro de que llegaremos a un acuerdo", y la vía será "poniendo a cada uno en su sitio, todos tienen que respetar los intereses del otro, pero la predisposición es total". Luis del Rivero, recién expulsado de la presidencia de la constructora Sacyr (primer accionista de la petrolera, con el 20%), ha perdido la batalla por el poder en la petrolera española de la mano de la mexicana y también accionista Pemex. Apeado del consejo de Sacyr, ayer se aferró a su puesto de consejero en Repsol pese a ser destituido como vicepresidente.
Fainé, que dio el conflicto por prácticamente resuelto, apuntó que "cada accionista tiene unos derechos políticos y no puedes arrinconar a nadie por un pacto con otro", pero, aseguró," se está haciendo con mucha armonía y paz".
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