El FMI inicia el proceso para buscar sustituto a Dominique Strauss-Khan
El objetivo del organismo en tener un nuevo director gerente "por consenso" antes de acabar junio
El Fondo Monetario Internacional ha anunciado que el lunes iniciará la búsqueda del sustituto de Dominique Strauss-Khan, acusado, entre otros cargos, de intento de violación a una camarera del hotel. Mientras que el exdirector abandonaba su celda en la cárcel de Rikers por un piso cerca de la zona cero de Nueva York, el organismo que lideraba hasta el jueves hacía público que el periodo de nominaciones se abrirá el próximo lunes 23 y concluirá el 10 de junio. El objetivo del FMI es tener un nuevo director gerente "por consenso para el 30 de junio". Desde la detención del francés, el número dos de la institución, el estadounidense John Lipsky, estaba al frente del Fondo.
En un comunicado firmado por el decano del Consejo Ejecutivo, Shakour Shaalan, el FMI señala que "los candidatos deberán tener una distinguida trayectoria en la gestión de políticas económicas al más alto nivel". Una vez recibidas las nominaciones, que deben ser presentadas por un gobernador del Fondo o Director Ejecutivo, el Comité Ejecutivo, compuesto por los representantes de 24 países y grupo de países, hará pública una lista con tres candidatos.
Si el número de candidatos propuestos es superior a tres, el FMI mantendrá "en secreto" los nombres de los preseleccionados hasta que acote este número a tres, "de acuerdo al sistema de cuotas de voto del Fondo" y en un máximo de siete días. Posteriormente, el Consejo Ejecutivo de 24 miembros se entrevistará con estos tres candidatos en Washington, donde se encuentra la sede del FMI. A continuación, el máximo órgano del Fondo se reunirá "para discutir las fortalezas de los candidatos y hacer una selección".
La puja de Europa
El lunes será el inicio oficial de una carrera por suceder a Strauss-Khan que en realidad comenzó con la detención del entonces director el sábado a bordo de un avión. La favorita en la sucesión es la también francesa Christine Lagardere, que cuenta con el apoyo en bloque de la Unión Europea, que puja por situar a uno de los suyos en la jefatura del Fondo, ante el peligro de una interminable crisis fiscal en la que el FMI juega un papel capital. Pero la batalla se adivina intensa ante el interés de los países emergentes por conseguir ese sillón en Washington.
La dirección del Fondo ha sido ocupada por un europeo desde su creación, en un pacto no escrito con EE UU. Pero en los últimos días a los candidatos europeos -Lagardere, Jean-Claude Trichet, presidente del BCE, y el ex ministro alemán Peer Steinbrück- se han sumado una amalgama de nombres que quieren representar el brío del mundo emergente: el turco Kemal Darvis, el israelí Stanley Fisher, el ministro de Singapur Tharman Shanmugaratnam, el surafricano Trevor Manuel y varios latinoamericanos, entre los que destacan el mexicano Francisco Gil o el peruano Pedro Pablo Kuczynski.
El mundo ha cambiado mucho y los emergentes tienen ahora una oportunidad de oro para acabar con la tradición, ese "enfoque feudal", "postcolonialista", que restaría al Fondo "legitimidad y credibilidad", según la multitud de críticas que se han dejado oír en los últimos días. Pero algunas cosas se resisten a esos cambios: los emergentes siguen sin hablar con una sola voz y los candidatos al FMI aparecen a ráfagas, procedentes de casi una veintena de países cuando apenas han pasado cinco días desde la detención de Strauss-Kahn. Frente a esa cacofonía de voces, Europa habló alto y claro: defendió de forma unánime, desde las instituciones europeas y prácticamente desde cada uno de los Gobiernos, la candidatura europea. Con un nombre por encima de todos, el de Lagarde.
El peso del Viejo Continente
Europa 32-China 4. La aritmética de las cuotas que pagan los países al Fondo Monetario Internacional (FMI) da clara ventaja a Europa en la lucha por el relevo en la dirección del Fondo: Europa tiene el 32% de esas cuotas y es, de largo, el principal accionista del Fondo, a pesar de la última reforma -iniciada por Rodrigo Rato y finalizada por Dominique Strauss-Kahn-, que le restó peso en favor de los países emergentes. China concentra el 4% de las cuotas, a pesar de que su peso en la economía mundial es mucho mayor: concentra el 14% del PIB global. Estados Unidos controla menos del 18% del accionariado del Fondo, pero aun así, y a pesar de la tradicional presidencia europea, su influencia en la política de la institución ha sido siempre sobresaliente.
Durante casi 60 años, el máximo puesto del FMI -asimilable al de un primer ministro y con un papel preeminente en las cumbres internacionales- ha sido reservado a un europeo, pese a que en los últimos relevos eso ha granjeado fuertes críticas al FMI, en especial desde los Gobiernos de países emergentes. Cuando Dominique Strauss-Kahn fue elegido en el otoño de 2007 -tras el español Rodrigo Rato y el alemán Horst Köhler, y pese a que ninguno de esos dos directores llegó a agotar su mandato-, desde el Fondo surgieron varias voces que prometieron cambios para la siguiente ocasión. Y eso es precisamente lo que hace ahora Europa. La canciller Angela Merkel hizo ayer hincapié en que, en general, los emergentes tienen derecho a ocupar cargos de responsabilidad en el FMI y el Banco Mundial. Pero no ahora.
CHRISTINE LAGARDE
La ministra de Finanzas de Francia, de 55 años, está considerada por los analistas como la candidata más sólida. Lagarde ha cosechado elogios por su actuación en la presidencia de turno de Francia del G-20 y su gestión de la crisis financiera.
KEMAL DERVIS
El exministro de Finanzas turco ocupó varios altos cargos en el Banco Mundial y fue jefe del Programa de Desarrollo de Naciones Unidas. De 62 años, es actualmente director del Departamento de Economía Global de la Brookings Institution.
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