El BBVA pronostica que el paro volverá a aumentar este año

"Hemos esquivado la recesión, pero no crecemos lo suficiente para crear empleo". Lo que valió para la economía española el año pasado, valdrá para éste. Esa es la conclusión del economista jefe de BBVA para España, Rafael Doménech, que ha presentado hoy el informe trimestral del servicio de estudios del banco. Según esas estimaciones, el crecimiento del PIB en 2011 se quedará en el 0,9% y la tasa de paro volverá a aumentar hasta situarse en el 20,6% de la población activa.

La previsión del BBVA se une a la que han publicado en los últimos días otros servicios de estudios como el de La Caixa, o el del Instituto Flores de Lemus. Con matices, hay una línea argumental común: en 2011 ya no habrá decrecimiento, pero la recuperación será exigua, inferior al pronóstico del Gobierno, que sitúa el aumento del PIB en el 1,3%. Como resultado de ese avance tan precario, el mercado laboral se anclará en los 4,8 millones de parados, muy cerca de los cinco millones de desempleados que, según el Ejecutivo, no se alcanzarán.

Como también ocurrió en 2010, la recuperación seguirá lastrada por la demanda interna. Altas tasas de paro implican un consumo débil, a lo que se une la necesidad de empresas y familias de reducir su elevado volumen de deuda y las consecuencias del ajuste fiscal. Pero, sobre todo, lo más determinante es la onda expansiva del estallido de la burbuja inmobiliaria, un proceso cuya intensidad casi nadie, incluido el servicio de estudios del BBVA, anticipó. La inversión residencial no dejará de caer hasta 2012. Y como ha puntualizado Domenech, "si excluimos la construcción, el PIB crecería al 2% ya este año".

Ese 2% en el crecimiento del PIB es la frontera que los expertos señalan al anticipar una generación de empleo. El economista jefe para España del BBVA ha adelantado que en la segunda mitad de 2011 "se crearán, en el mejor de los casos, unos 100.000 empleos". Es una estimación que coincide con la que hizo hace unos días la ministra de Economía, Elena Salgado. Y será solo el principio del camino, ya que ni tan siquiera bastará para compensar los puestos de trabajo que se pierdan hasta junio.

"Las buenas noticias están en el sector exterior", ha indicado Doménech. Aquí tampoco hay un cambio de tendencia, aunque en este caso se trata de una tendencia positiva. "Como en los noventa, la economía española sale de la crisis con más exportaciones, pero a diferencia de entonces, ahora no es posible aprovecharse de las ventajas de una devaluación de la moneda, la salida es más virtuosa, se basa en el esfuerzo de las empresas", ha añadido.

El experto del BBVA también cree que se cumplirán los objetivos presupuestarios del Gobierno (un déficit del 6% del PIB este año) y ha revitalizado la polémica creada por la decisión de La Moncloa de autorizar la refinanciación de los vencimientos de deuda a todas las comunidades. "Lo importante es que no se deje emitir deuda nueva a las comunidades que no cumplan con el ajuste presupuestario, y eso se mantiene", ha asegurado.

El nuevo economista jefe del BBVA, Jorge Sicilia, ha apostillado que el crecimiento de la economía mundial "seguirá siendo muy heterogéneo", apoyado en los países emergentes y, en Europa, en los países centrales de la zona euro, sobre todo Alemania. Un escenario que facilita un papel protagonista al sector exterior también este año.

Los expertos del BBVA saludan la reforma de las pensiones -"el sistema español es aún más generoso que el alemán", precisó Doménech- y del sector financiero. En este último ámbito, Sicilia ha sostenido que, con los datos ofrecidos en diciembre por las entidades financieras, el sector necesitaría "entre 13.000 y 17.000 millones" para cumplir ya con las nuevas exigencias de capital (entre el 8% y el 10% de los activos) que el Banco de España pedirá a partir de septiembre. Es una estimación similar a la que hizo el organismo supervisor e inferior a la que hacen servicios de estudios extranjeros, "con otros supuestos", ha recalcado Sicilia.

El servicio de estudios del BBVA da prioridad ahora a la reforma del sistema de negociación colectiva, "demasiado inflexible". Y como ya ha apuntado en otras ocasiones, aboga por eliminar la cláusula de salvaguarda salarial, por fortalecer la negociación en el ámbito empresarial para acordar objetivos de productividad, y por restringir la "ultra-actividad" de los convenios, que blinda los acuerdos alcanzados en pactos anteriores.