La UE y el BCE se centran en atajar el riesgo de contagio
Bruselas insta a no hacer "analogías" entre Irlanda y Portugal.- Dublín descarta que el FMI y la UE dicten grandes cambios en su plan de ajuste
Una vez confirmado que Irlanda recurrirá a la ayuda europea para solucionar la grave situación de su sector financiero y atajar la presión a la que se ve sometida en los mercados de deuda, las autoridades de la UE y el BCE se esfuerzan ahora por disipar el riesgo de contagio de los problemas a Portugal. El país luso está considerado como la posible próxima víctima de una crisis que ya lleva dos muescas en su historial de trofeos, Irlanda y Grecia, aunque según insisten en destacar desde Bruselas, son casos muy diferentes que no conviene equiparar.
Según ha defendido el portavoz de la Comisión Europea para Asuntos Económicos, Amadeu Altafaj, el rescate de Irlanda, además de ayudar al país a que supere la crisis, "tiene también como objetivo detener posibles tensiones o efectos de contagio a otras economías de la eurozona y de la UE". Por este motivo, ha pedido que no se establezcan "analogías" entre la situación de Irlanda y la de Portugal y España. "El caso irlandés es muy específico", ha subrayado el portavoz antes de recordar que, a diferencia de lo que ocurre con los bancos irlandeses, en Portugal "el sector bancario está relativamente sano y es resistente".
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Lisboa ha aprobado un presupuesto "muy ambicioso" para reducir el déficit hasta el 4,6% del PIB en 2011 y ha emprendido reformas estructuales, ha añadido Altafaj. Asimismo, ha reiterado que el Ejecutivo comunitario, a diferencia del caso griego, no tiene dudas de las cifras de déficit y deuda portuguesas pese a las sospechas levantadas por la oposición. Además, Bruselas considera "muy alejadas de la realidad" las especulaciones sobre la posibilidad de que si también Portugal pide asistencia de la UE no queden suficientes fondos para España en el mecanismo de rescate de 750.000 millones de euros en caso de que Madrid acabe necesitando ayuda.
España: consolidación fiscal y reformas
Sobre el caso de España, Altafaj ha descartado la necesidad de anunciar nuevas medidas de control del gasto para disipar este riesgo de contagio. En su opinión, en España "la situación se está afrontando de forma adecuada con esfuerzos de consolidación fiscal pero también con reformas estructurales que pueden reforzar el crecimiento potencial y la creación de empleo para fortalecer la confianza".
En cuanto a la evolución de las negociaciones en Dublín sobre la ayuda, el ministro de Finanzas de Irlanda, Brian Lenihan, está confiado en que el Fondo Monetario Internacional y la UE aprobarán el plan de ajuste tal y como el Gobierno de Dublín lo presentará, lo que de momento excluye un aumento de su controvertido impuesto de sociedades. En su lugar, se da por seguro que moverá al alza otros tributos, tal y como hoy le ha vuelto a pedir Bruselas. "En las actuales circunstancias es probable que Irlanda deje de ser un país de impuestos bajos. Desafortunadamente para los irlandeses, los incrementos de impuestos formarán parte probablemente de los esfuerzos de consolidación", ha explicado Altafaj.
Según ha revelado esta mañana el responsable de Economía irlandés, los representantes del FMI y de la UE que están trabajando sobre el terreno para diseñar el rescate internacional, activado ayer por Irlanda, ya conocen el plan del Ejecutivo para devolver al Estado a niveles sostenibles de déficit de aquí a 2014 y no han hecho reproches al mismo. "Corresponde ahora al Gobierno irlandés
finalizar la composición del plan de consolidación de cuatro años, que contendrá medidas tanto en la parte del gasto como en la de los ingresos", ha opinado, por su parte, el portavoz comunitario sin querer entrar a valorar los detalles del plan.
Rescate de entre 80.000 a 90.000 millones
Tal y como ha añadido Lenihan en una entrevista a la radio RTE, el rescate, que según las fuentes será de entre 80.000 a 90.000 millones de euros, permitirá a Dublín dar una rápida respuesta a la presión que está sufriendo su deuda. Además, ha insistido en que Irlanda "no está en quiebra", aunque sí ha admitido que, "en los últimos años, la flexibilidad (para pedir prestado en el mercado internacional) se ha visto gravemente reducida".
Para la oposición, sin embargo, además de una pérdida de soberanía, el recurso al plan supondrá también que los mercados estén cerrados para Irlanda durante los próximos tres años. Entre las ayudas que más recelo generan entre los irlandeses, la de su vecino Reino Unido, Londres calcula que su aportación total al rescate alcanzará los 7.000 millones de libras esterlinas (8.180 millones de euros), según ha apuntado el ministro británico de Economía, George Osborne. La ayuda británica a Irlanda se producirá en forma de un préstamo bilateral directo, aparte de la participación de Reino Unido en el plan de rescate internacional.
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