El dólar aumenta su caída
El euro supera los 1,41 dólares por primera vez desde enero.- China se defiende y asegura que "la revalorización del yuan no va a resolver la crisis"
El dólar sigue perdiendo posiciones frente a otras de monedas de referencia ante la futura intervención de la Reserva Federal estadounidense (Fed, por sus siglas en inglés), lo que está condicionando al resto de mercados. Con la moneda de Estados Unidos en mínimos anuales, y bajando, y con el euro en su nivel más alto desde enero, otras inversiones como el oro, que cotiza en dólares, y los cereales están en máximos. De toda su historia en el primer caso y del ciclo económico actual en el segundo.
La razón de esta "distorsión" en los mercados por culpa de un dólar "enfermo", según describe la situación el británico Financial Times, tiene su origen en la guerra de divisas desatada durante las últimas semanas. El penúltimo capítulo de la misma lo han firmado EE UU y la Fed con sus próximas medidas de estímulo y el anuncio de que volverán a darle a la máquina de imprimir dinero.
La previsión de que habrá más dólares en el mercado a corto plazo ha motivado la venta masiva de esta divisa y la huida de los inversores a otros valores más rentables como el euro, que tras tocar esta mañana los 1,41 dólares afronta su siguiente nivel de resistencia en 1,4195; el franco suizo, en máximos históricos; o el yen, que hoy también ha rebasado su anterior récord y está en su nivel más alto frente a la moneda norteamericana en 15 años al cambiarse cada dólar por 81,09 yenes. Eso sin olvidar la apuesta por otras inversiones seguras como el valor refugio por excelencia: el oro, que cotiza en dólares y se vende a más de 1.300 dólares la onza por primera vez en la historia para contrarrestar la pérdida de valor de la divisa.
En busca de mejores rentabilidades
Al mismo tiempo, con los tipos de interés en mínimos récord en los mercados desarrollados, los inversores también están optando por colocar su dinero en los mercados emergentes en busca de rendimientos más generosos. Por este motivo, el conflicto también ha visto en estos días la aparición de un nuevo actor, el dólar australiano, que pugna con alcanzar la paridad con su homólogo estadounidense, algo que, por primera vez desde abril, ya ha logrado el dólar canadiense.
Por su parte, el personaje al que todos apuntan con el dedo como germen de la crisis, China, se sacude la responsabilidad de encima. "En estos tiempos de globalización todos estamos en el mismo barco. La revaluación del renminbi (término para referirse al yuan chino por su traducción de "moneda del pueblo") no va a resolver el déficit comercial estadounidense ni los desequilibrios de la economía mundial, eso está claro", ha advertido hoy un portavoz del Gobierno del gigante asiático, que a su vez acusa a Washington de "disparar la primera bala" en el conflicto financiero con el anuncio de la Fed. "Si la revaluación de una moneda puede resolver los problemas en el mundo, ¿Para qué existen los economistas?", se ha preguntado no sin cierta ironía Ma Zhaoxu.
Llamamientos a China
Desde el propio FMI, el Gobierno de Estados Unidos o las autoridades de la Unión Europea, entre otros, han surgido voces instando con mayor o menor intensidad a Pekín para que incremente el valor de su monedad, que apenas ha subido un 2% desde que en junio el Banco Central de China la desvinculó del dólar. Pero Ma Zhaoxu ha repetido hoy que su Gobierno está decidido a incrementar de forma gradual la flexibilidad de su divisa al tiempo que mantiene su estabilidad. Además, ha recordado que en 2009 China contribuyó a un 50% del crecimiento económico mundial, y que una cuarta revaluación del yuan (desde 2005) podría desencadenar una crisis social en la República Popular que afectaría al resto del mundo. De momento, el yuan ha subido en esta jornada un 0.2% hasta los 6,6505 dólares, su máximo desde que en 2005 Pekín abandonó el cambio fijo.
En el lado contrario de la balanza, la infravalorización de la moneda china, que los analistas calculan en un 20%, ayuda a mantener el atractivo de las importaciones que vienen de la ya segunda potencia mundial en detrimento de los productos made in USA. A la tendencia de debilitar sus respectivas divisas se han sumado otros países en desarrollo como Brasil, Indochina o Corea del Sur. Esta última aún a costa de reavivar las tensiones con Japón, que aunque ha optado por intervenir en el mercado de divisas con la compra masiva de yenes niega la mayor y acusa a Seúl de actuar de forma premeditada para debilitar su moneda.
Sin salir de Asia, Singapur ha decidido también hoy ampliar la banda de operación de su moneda, lo que según los analistas "es un paso hacia el endurecimiento monetario y muestra claramente que las economías de Asia se encuentran en el polo opuesto en comparación con la capacidad ociosa en la economía estadounidense", ha afirmado Chris Turner, encargado de estrategia de divisas en ING.
Más munición para Washington: las importaciones chinas alcanzan un récord
Estados Unidos tiene más argumentos para enfatizar los llamamientos a China para que sitúe al yuan en su valor real tras conocer la composición de su balanza comercial. El récord de las importaciones chinas a EE UU, impulsadas por el bajo nivel de su moneda, ha aumentado el déficit comercial de la primera potencia, que trata de reforzar aún más la competitividad de sus productos en el mercado internacional a costa de un descenso de su divisa.
En concreto, el déficit de la balanza comercial ha aumentado un 8,7%, el segundo mayor avance en lo que va de año y más de lo esperado por los analistas, hasta los 46.300 millones de dólares (32.900 millones de euros al cambio actual). Además, este récord se ha alcanzado pese al repunte en las exportaciones, que con 153.800 millones de dólares (110.000 millones de euros) han registrado su mayor volumen de los dos últimos años.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.