España se desmarca del grupo de cola de la crisis en los mercados de deuda

La deuda de España ya no genera recelos en el mercado. A diferencia de lo ocurrido un día antes con Portugal, el Tesoro ha colocado hoy con éxito 4.000 millones de euros, el objetivo máximo previsto, en títulos a 10 y 30 años con una demanda que duplicó la oferta. Y por sexta subasta consecutiva, a precios más baratos.

El interés marginal -el último antes de cortar la subasta- de los bonos con vencimiento en 2020 se ha reducido ocho décimas hasta el 4,164%. El tipo de las obligaciones a 30 años ha caído en la misma proporción y, aunque no ha logrado bajar de la cota psicológica del 5%, se ha quedado cerca (5,08%). Además, la mayoría de compradores han venido desde fuera de las fronteras, destacan de forma positiva desde fuentes del mercado.

Poco a poco, se está normalizando la situación, apuntan desde el Tesoro en línea con la opinión de los analistas. España superó su particular puerto de montaña de primera categoría en julio, cuando vencían 20.000 millones. A partir de ahí y al calor del buen resultado de las pruebas de resistencia a la banca, el país ha ido recuperando la confianza de los inversores.

Ahora, afirma José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney y cuyo grupo es líder en la intermediación de deuda pública en España, toca seguir aplicando las medidas de ajuste y demostrar que las expectativas de que el Gobierno va a reducir el déficit son acertadas. "España se descolgó del pelotón de cabeza a principios de año por la crisis de Grecia, pero desde verano ha saltado del grupo de cola y pedalea para alcanzar al pelotón", explica.

Para ello, cuenta con un periodo de relativa calma. Hasta el próximo año no hay previstos nuevos vencimientos, matiza Juan Luís García Alejo, director general de Inversis Gestión.