¿En qué quedamos?
El crecimiento de Alemania en el segundo trimestre contrasta con las previsiones pesimistas de la semana
De repente, la economía alemana va como un tiro. A su estela, la zona euro se marca el mayor incremento del PIB en cuatro años. Con los datos del segundo trimestre en la mano, Europa dejar de ser el alumno rezagado de la recuperación. La misma Europa que ha teñido de rojo los mercados esta semana. La misma que ha vuelto a llenar de temor e incertidumbre, viejos conocidos de esta crisis, los informativos y titulares de prensa de medio mundo. Cualquiera diría que periodistas y analistas sufrimos los efectos de una extraña insolación agosteña que les hace decir, sin solución de continuidad, una cosa y la contraria.
¿De repente? Alemania exhibe su mayor crecimiento desde la reunificación (y de eso, como dice la canción, hace ya 20 años) y la Bolsa alemana baja. La misma relación vale para la zona euro y el resto de Bolsas europeas. En el lenguaje del dinero (de ganar o perder mucho dinero), la traducción es automática: las estadísticas dialogan con el pasado, los mercados preguntan al futuro. La buena evolución económica del segundo trimestre se daba por descontada, lo que se escudriña ahora es cualquier noticia (los balances de los bancos irlandeses, las declaraciones de Zapatero, las vueltas de tuerca al presupuesto griego que vendrán) que de una pista del futuro. Financial Times y The Wall Street Journal, los medios más próximos al poder financiero, abrían las ediciones del viernes, pocos antes de conocerse los datos, con una nueva entrega de dudas sobre el horizonte de la zona euro.
Mientras las estadísticas dialogan con el pasado, los mercados preguntan al futuro
Lo que tienen que decidir los inversores, los que financian la deuda de Estados, empresas, bancos y familias (así está montada la cosa), es si la recuperación mantendrá el tipo o volverá a echar el freno. Por ahora, mantienen la inercia de los últimos días, plagados de noticias pesimistas sobre lo que ocurrirá en la segunda mitad del año, y apuestan a la baja. Y está por ver que los datos del segundo trimestre en Europa, mejores de lo esperado, sirvan para contener la marea. Todo depende de si los mercados ponen el acento en que fueron mejores de lo esperado (y una prueba más de que Alemania es el país que más ventaja saca de las depreciaciones del euro). O si prefieren fijarse en que el crecimiento de algunos miembros de la zona euro (España, Irlanda, Grecia, Portugal) es aún muy débil. El repunte de las primas de riesgo (el diferencial con el bono alemán) en estos países, bautizados como periféricos, apuntan por donde van los tiros.
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