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"América Latina le puede dar cuatro master en crisis financieras a los chicos de Wall Street"

El ex presidente del Gobierno de España, Felipe González, se declara "pesioptimista" ante la falta de voluntad de los gobernantes por enfrentar los verdaderos problemas

Lejos de decaer, la habilidad de Felipe González para encandilar a los auditorios crece. El martes, en la ciudad de México, el ex presidente socialista del Gobierno español mantuvo embebidos en su discurso durante una hora a los asistentes a la presentación del último libro del editor y periodista Antonio Navalón, Paren el mundo que me quiero enterar, editado por Random House Mondadori. Ante los problemas que aquejan al mundo, González dijo que su estado de ánimo es de "pesioptimismo". Y lo explicó: "Soy optimista de la inteligencia y pesimista de la voluntad. La inteligencia diagnostica bien los problemas, pero creo que no hay voluntad para enfrentarlos en serio".

Felipe González recomendó la lectura del libro de Antonio Navalón, pero lejos de convertir la presentación en el aburrido y habitual panegírico, basó su disertación en la confrontación -siempre salpicada de humor- de sus puntos de vista con los del autor. Sobre su declarado "pesioptimismo", aclaró: "Yo no soy pesimista ante el futuro. Ni siquiera creo que vaya a aumentar el número de pobres. Pero tampoco soy un optimista profesional. Me carga mucho esta gente que siempre dice que no pasa nada. Claro que pasan cosas, y cosas muy graves. Y algunos políticos pasan de negar la crisis a afirmar que la crisis ya pasó. Esto es un hábito del G-8. El G-8 niega sistemáticamente las crisis. Hay que agarrarse y tocar madera cuando dicen que todo va bien, porque entonces es que estamos mal, muy mal".

Felipe González denuncia en México la maniobra de los bancos para eludir su responsabilidad en la crisis
"No sé si se han dado cuenta de que ahora ya no se habla de crisis financiera. Todo el mundo habla de crisis económica"

Las cosas, por su nombre

El ex presidente español hizo reflexionar al auditorio sobre un curioso cambio en la denominación de origen de la crisis: "No sé si se han dado cuenta de que ahora ya no se habla de crisis financiera. Todo el mundo habla de crisis económica. Se debe a la habilidad del mundo financiero para que se olvide de que ellos son los responsables de lo que ha pasado. A ello ha contribuido el G-20. En su última reunión, dijo que la crisis financiera está causada por los paraísos fiscales y los bonos de los ejecutivos. Vamos a ver, los paraísos fiscales eran un desastre hace 25 o 30 años. Por ellos circulaban el dinero negro procedente de la criminalidad organizada y el dinero opaco, el que es razonablemente bien habido en el mundo de los negocios pero que elude la fiscalidad. ¿Eso ha provocado la crisis en la que estamos? No. Porque en ese caso, la crisis hubiera estallado hace 25 años. Y los paraísos fiscales siguen funcionando lo mismo que funcionaban entonces. Hay que combatir los paraísos fiscales, y para ellos es fantástico decirles a los ciudadanos: ¡vamos a acabar con los paraísos fiscales! Y yo digo: no, mejor acaben con las causas de esta crisis para que no se repitan y de paso, si lo logran, acaben con los paraísos fiscales"

González acabó llamando a las cosas por su nombre: "Esta crisis, la más grave de la historia, es una epidemia del mundo anglosajón que se convierte en pandemia. Es verdad que el sistema financiero latinoamericano está menos afectado que el sistema financiero anglosajón. Sin duda. Está más sano. ¿Por qué? Hombre, porque América Latina le puede dar cuatro master en crisis financiera a los muchachos de Wall Street. Ha pasado por todas las crisis financieras imaginables".

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