El fondo luso que ha presentado una oferta por Spanair pierde otra licencia aérea
Aerocondor, propiedad de Longstock Financial, estaba funcionando sin que los aviones tuvieran la póliza de seguro regularizada
Otra aerolínea portuguesa del fondo de inversión Longstock Financial, que ha presentado una oferta para la compra de la aerolínea española Spanair, ha perdido hoy la licencia para operar una ruta lusa, ésta vez por problemas de seguros.
El Instituto Nacional de Aviación Civil (INAC) de Portugal ha confirmado la retirada del certificado de operador aéreo a la empresa Aerocondor, propiedad de Longstock Financial, que tiene una segunda empresa de aviación, Air Luxor, también sin licencia y en proceso judicial por insolvencia.
Silvia Andrés, portavoz del INAC, ha explicado que Aerocondor estaba funcionando sin que los aviones tuvieran la póliza de seguro regularizada.
Como consecuencia de esa decisión, la Secretaría de Estado lusa de Obras Públicas y Transportes ha anunciado también la cancelación de la licencia de explotación de Aerocondor Transportes Aéreos SA por no poder cumplir el contrato de servicios regulares en las rutas Lisboa-Braganza y Braganza-Vila Real-Lisboa.
El Gobierno ha decidido abrir un nuevo concurso público para la explotación de esos servicios aéreos y se han dado instrucciones al INAC de adoptar las medidas legales necesarias ante posibles perjuicios del incumplimiento de contrato público por parte de Aerocondor.
La oferta por Spanair
Longstock Financial presentó la semana pasada a SAS, propietaria de Spanair, una oferta propia, tras romper con su socio hispano Gadair, de 450 millones de euros por la aerolínea española, según el presidente del grupo luso, Vitor Pinto da Costa.
Longstock, con sede en Portugal y formado por inversores y empresas lusas, africanas y americanas, asegura estar respaldado por varios bancos extranjeros y ofreció a la compañía escandinava SAS la misma cantidad de la propuesta conjunta con Gadair a cambio de la aerolínea Spanair "libre de cualquier deuda".
La oferta del consorcio liderado por Pinto da Costa compite con la presentada por Iberia -según ellos de 300 millones de euros, pero asumiendo el pasivo- y afirma garantizar el mantenimiento de los puestos de trabajo y que el aeropuerto barcelonés de El Prat sea la principal base de operaciones.
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