El Senado de EE UU aprueba el Tratado de Libre Comercio con Perú
En el primer año de su aplicación, garantizará el acceso libre de aranceles al 80% de los productos industriales y de consumo hechos en Estados Unidos
El Senado de EEUU ha aprobado hoy, con un holgado margen, el Tratado de Libre Comercio (TLC) firmado con Perú el 12 de abril de 2006, y que sólo necesita la firma del presidente George W. Bush para su entrada en vigor.
Tras un debate en el que midieron sus fuerzas los partidarios y los detractores de la política comercial del gobierno de Bush, los senadores aprobaron el TLC con 77 votos a favor y 18 en contra.
El pacto incorpora por primera vez -y de forma vinculante, como exigían los demócratas- normas internacionales relacionadas con las protecciones laborales y ambientales, amplía el acceso de los productos estadounidenses en el mercado peruano, establece salvaguardas a la propiedad intelectual y la inversión, y un mecanismo para resolver las disputas comerciales.
Antes de la votación, Bush insistió en que el TLC "nivelará el terreno para los bienes y servicios de Estados Unidos", además de fomentar las inversiones y fortalecer "nuestra amistad con un país democrático".
En el último empujón para lograr el "sí" del Congreso, la Oficina para la Gestión y Presupuesto (OMB) de la Casa Blanca ha declarado que el TLC "abre un nuevo capítulo en el intercambio comercial con Perú" que será, de ahora en adelante, un "camino de doble vía".
Una victoria política para Bush
Tan sólo en el primer año de su aplicación, el TLC garantizará el acceso libre de aranceles al 80% de los productos industriales y de consumo hechos en Estados Unidos, así como de los productos textiles y ropa confeccionada, según la OMB.
Para quienes respaldaron hoy el TLC con Perú, el acuerdo es una apuesta en la que todos ganan, porque creará más y mejores oportunidades para los empresarios, trabajadores y consumidores en ambos países.
Así, la aprobación del TLC por parte del Legislativo, dominado por los demócratas, es una gran victoria política para Bush, que ha remachado que el comercio es un instrumento clave para el desarrollo económico y la democracia en la región, y para la propia seguridad nacional de Estados Unidos.
Sin embargo, los detractores del TLC, entre ellos varios sindicatos en ambos países, creen que el pacto sólo augura más desigualdad e inestabilidad para Perú.
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