Strauss-Kahn toma las riendas del FMI
El ex ministro francés de Economía será el sucesor del español Rodrigo Rato al frente del Fondo Monetario Internacional en Washington.
El ex ministro francés de Economía y Finanzas, el socialista Dominique Strauss-Kahn, que asume este jueves las riendas del Fondo Monetario Internacional (FMI), es un brillante economista, que se definió como socialdemócrata moderno", y es considerado como un reformista pragmático y hábil negociador. Elegido el pasado septiembre por el Consejo de administración del FMI, DSK, como se le conoce en Francia, sucede al español Rodrigo Rato como director gerente de la institución.
Lo que más le ha motivado en su campaña por el cargo, como en "todo" su "compromiso político", dice, es la idea de que "la globalización tiene aspectos buenos, pero también muchos aspectos malos y no hay razón alguna para dejar que los mercados gobiernen todo eso solitos".
DSK, de 58 años, llega al frente del FMI, casi un año después de ser derrotado por Ségolène Royal en la pugna por la candidatura del Partido Socialista (PS) francés en la carrera al Elíseo, que finalmente se saldó con el triunfo del conservador Nicolas Sarkozy en mayo.
Portaestandarte de una cierta liberalización a su truncado paso por el Ministerio de Economía y Finanzas (1997-99) del gobierno del socialista Lionel Jospin, DSK abogó, en su frustrada campaña de 2006, por adaptar la socialdemocracia europea a la globalización, y se presentó como "el hombre de las soluciones".
Durante su campaña este verano por la dirección del FMI, que le llevó a las principales capitales del mundo, se presentó como el candidato de la "reforma" necesaria, a su juicio, para adaptar la institución financiera multilateral al mundo actual.
Ha defendido un mayor peso para los países emergentes en el FMI a fin de darle más legitimidad a una institución que, en su opinión, también debe adaptarse a las nuevas crisis financieras. Hay que poner en marcha, afirma, "elementos de vigilancia, orientación y organización suficientes, para que la globalización no desemboque en crisis sucesivas".
Nacido el 25 de abril de 1949 en la selecta localidad de Neuilly (afueras de París), y diplomado de la prestigiosa escuela de Altos Estudios de Comercio, Ciencias Políticas y licenciado en derecho público, este profesor de Economía y abogado de negocios fue reelegido como diputado en las legislativas galas de junio pasado.
Brillante, políglota (domina el inglés y el alemán, se las arregla con el castellano e italiano y tiene conocimientos rudimentarios del árabe), aficionado a las nuevas tecnologías y al ajedrez, es un buen comunicador, capaz de encontrar formulas simples para exponer conceptos complicados, y es visto como carismático.
DSK, que rechaza la imagen de "diletante" que le ha perseguido, tiene fama de facilidad de verbo, ironía y gusto por los placeres de la vida. Padre de cuatro hijos, está casado en terceras nupcias con la periodista de televisión Anne Sinclair, ha publicado varios libros y tiene su propio "think tank" (foro de ideas), "A gauche en Europe", lanzado con el ex primer ministro socialista Michel Rocard. Defensor de una izquierda reformista y "eficaz" en la era de la globalización, se fue emancipando de su mentor Jospin tras el desastre electoral de éste en las presidenciales de 2002.
En 1981, cuando de la mano de François Mitterrand, la izquierda llega al Elíseo por primera vez en la V República, DSK liga su destino al de Jospin, y en 1986, a los 37 años, es elegido diputado. Después de dos años (1991-93) como ministro de Industria y Comercio Exterior, crea un bufete de abogados de negocios.
Es elegido alcalde de Sarcelles en 1995 y vuelve al Gobierno en 1997, cuando, tras la victoria de la izquierda en las Legislativas anticipadas convocadas por Jacques Chirac, Jospin le confía el poderoso Ministerio de Economía y Finanzas. Pieza clave de ese Ejecutivo y contrapeso a la titular de Empleo, Martine Aubry, de la que criticaba entre amigos el empeño en reducir el tiempo de trabajo a 35 horas semanales, DSK se gana la etiqueta de liberal con grandes privatizaciones (como France Telecom y Air France) y el respeto de los medios empresariales. Adalid del rigor presupuestario, contribuyó a que Francia se calificara para el euro. Pero las acusaciones sobre una prestación supuestamente ficticia, anterior a su llegada al Ejecutivo, como abogado consejero de una mutua de estudiantes, le llevó a dimitir en noviembre de 1999. En 2001, la justicia le exoneraría plenamente.
DSK dejó en junio el buró nacional del Partido Socialista, y, en su campaña por la dirección del FMI, se comprometió a agotar su mandato de cinco años, con lo que teóricamente renunciaría a presentarse a las presidenciales francesas de 2012.
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