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Caída libre de Northern Rock

El desplome de la entidad enfrenta a Gran Bretaña a una dura crisis y pone en el punto de mira al Gobierno de Brown

La caída libre de las acciones del Northern Bank y sus repercusiones en otras entidades del sector bancario colocan a Gran Bretaña ante su peor crisis financiera en muchos años y ponen por vez primera en aprietos al Gobierno de Gordon Brown. Las acciones del Northern Bank, que el viernes cayeron más del 31%, volvieron a perder hoy más de un 35% de su valor, y arrastraron de paso en su caída a otros bancos vinculados al sector inmobiliario e hipotecario.

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Así, los títulos de Alliance & Leicester se depreciaron en más de un 18%, los de Bradford & Bingley lo hicieron en más de un 8%, mientras que las acciones del grupo HBOS, propietario del líder hipotecario británico, Halifax, perdieron casi un 5% de su valor bursátil.

El sucesor de Brown al frente de la cartera de Economía, Alistair Darling, trató una vez más de tranquilizar a los clientes del Northern Rock, que, contagiados por el pánico, sacaron este fin de semana 2.000 millones de libras (2.900 millones de euros), cerca de un 8% de los 24.000 millones que tenía el pasado jueves en depósitos ese banco.

"Pase lo que pase, la gente podrá sacar su dinero. No tienen que preocuparse. Si damos nuestro apoyo a un banco en dificultades como Northern Rock es para ayudarle a superarlas", declaró Darling a radio 4 de la BBC mientras, desoyendo sus palabras, en todas las Sucursales continuaban las colas de clientes deseosos de llevarse a casa sus ahorros.

Darling recordó, por otro lado, que el Banco de Inglaterra se había limitado a hacer al Northern Rock un préstamo de emergencia, a un interés al parecer superior al 7%, dinero que, según explicó, sería devuelto oportunamente al erario público.

Presa fácil

El desplome bursátil de Northern Rock convierte a éste en presa fácil de sus rivales. Antes de que el Banco de Inglaterra decidiera acudir en su auxilio con su reserva de emergencia, Northern Bank había estado al parecer en conversaciones con Lloyds TSB y Barclays.

Sin embargo, con sólo 67 sucursales en todo el país y un modelo de negocio que ha demostrado ahora claramente sus deficiencias, puede resultar menos atractivo, según los observadores, que otros bancos más convencionales.

Ese modelo y sus consecuencias los resumió hoy así el consejero delegado de Northern Rock, Adam Applegart: "Ha habido una pérdida de confianza entre los bancos y como nosotros obtenemos tres cuartas partes de nuestros fondos gracias a ese sistema, hemos sido los primeros en resultar estrujados".

La tormenta política

La crisis no puede dejar de tener también repercusiones políticas, y así el ministro de Economía insinuó hoy que Gordon Brown no convocaría a los británicos a unas elecciones anticipadas este otoño, que hasta ahora algunos creían probables. "No tengo la impresión de que dentro o fuera del Gobierno haya muchas ganas de elecciones", señaló.

La oposición conservadora ha visto, por su parte, en las actuales turbulencias una ocasión que ni pintada para criticar la gestión económica de los laboristas.

Su líder, David Cameron, instó hoy al titular de Economía a hacer una declaración completa sobre la crisis bancaria aunque se abstuvo de reclamar una reunión urgente del Parlamento -actualmente de vacaciones- para no "causar más alarma".

Cientos de clientes de Northern Rock hacen cola para retirar sus depósitos.
Cientos de clientes de Northern Rock hacen cola para retirar sus depósitos.AP

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