Cómo evitar que las preocupaciones domésticas afecten al rendimiento en el trabajo

Mostrar las similitudes prácticas entre los problemas de la oficina y los del hogar para resolverlos de forma solvente y, en definitiva, mejorar la productividad. Ese parece ser el objetivo del curso para padres, presentado esta semana por la escuela de negocios IDE-Cesem y la consultora Urrainfancia.

Lo que cada vez más empresas buscan es que las preocupaciones personales de sus empleados no repercutan en el rendimiento laboral y el Curso Superior de Escuelas de Padres para Profesionales, enseña a separar. Que nadie se lleve la casa al trabajo ni el trabajo a casa.

“Es evidente que una familia no es una empresa y se rige por parámetros diferentes”, explica Esther Álvarez, directora académica de IDE-CESEM. “En este curso se analizan las relaciones entre padres e hijos y otros factores colaterales importantes”.

Los creadores de este programa formativo también se han preocupado por cuestiones como los divorcios que se alargan con graves disputas, la falta de medios económicos de una pareja, el paro de uno de ellos, el cuidado de personas dependientes, la enfermedad mental de algún miembro del núcleo familiar y los problemas relacionados con la ludopatía, adicciones de drogas o la justicia.

“La sociedad actual demanda no sólo profesionales”, apunta Sonia Díaz, coordinadora de Urrainfancia, “sino padres cualificados, efectivos y eficaces que sepan disfrutar de su labor, de su tiempo y de las relaciones humanas, ya sea con miembros familiares o con amigos”.

En definitiva, se trata de “ayudar a solventar los problemas familiares para que el profesional desarrolle su trabajo sin tensiones”, tal como afirma Javier Zardoya, director general de IDE-CESEM.

Los cursos, de 24 horas y un coste de 1.100 euros por persona, se centran en el análisis práctico de casos que pueden darse en la vida real, y empezarán a impartirse en grupos de 15 ó 17 alumnos, en la sede del IDE.