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Reportaje:

Campo de batalla por un contrato para los jóvenes

Las estadísticas indican que las altas cifras de temporalidad y paro entre los jóvenes españoles van en aumento

La precariedad laboral entre los jóvenes es un asunto que ocupa gran parte de la agenda de muchos de los Gobiernos de los Veinticinco. La reciente aprobación por parte del Senado francés del nuevo Contrato de Primer Empleo (CPE), promovido por Villepin, ha movilizado a cientos de miles de jóvenes en Francia que ven amenazado su futuro laboral. La nueva modalidad de contrato permite despedir a los menores de 26 años sin causa alguna durante los dos primeros años de trabajo. Pero la situación en España tampoco es tan dispar. Las estadísticas indican que las altas cifras de temporalidad y paro entre los jóvenes españoles van en aumento. ¿Podría llegar nuestro país a vivir una situación tan extrema como la que se está dando en Francia?

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Según Valeriano Gómez, secretario general de Empleo, el Gobierno español no está "especialmente de acuerdo" con el nuevo contrato francés. Es una modalidad de contratación que, según el secretario general, "mantiene muchos problemas". Los dos años de consolidación son, en realidad, "una extensión del periodo de prueba que hace, en la práctica, que la salida del mercado de trabajo sea fácil y cómoda para el empresario, siempre a costa de reducir los niveles de estabilidad". Sin embargo, la idea del Ejecutivo español no es esa, sino que pasa por "reducir los niveles de temporalidad y estimular con nuevos incentivos la incorporación estable al sistema de trabajo".

Los jóvenes son uno de los colectivos que más sufren la precariedad laboral. En la mayoría de los países de la UE las cifras de paro juvenil superan con creces los porcentajes nacionales de desempleo. Por ejemplo, en España, el paro alcanza aproximadamente al 9% de la población, mientras que si nos limitamos a los menores de 26 años, la tasa de desempleo se eleva hasta alcanzar casi el 20%. Además, el porcentaje de temporalidad se sitúa en el 33% y la rotación supera los límites razonables.

"En 2004 se firmaron 7,3 millones de contratos para 2,3 millones de trabajadores", afirma Nuria Rico, miembro de la Comisión Ejecutiva de la Secretaría de Juventud de Comisiones Obreras. Según Rico, la altísima precariedad juvenil en el terreno laboral no sólo se debe al encadenamiento de contratos temporales o a la altísima rotación. Otra de las razones es el fraude en las contrataciones por parte de los empresarios, que "debería controlarse más". Los problemas pasan también por la baja utilización de los contratos de inserción para jóvenes -en prácticas y para formación-, que suponen aproximadamente el 1% del total, y por los salarios. Éstos dejan mucho que desear: los menores de 30 años cobran, como media, un 64% del promedio de sueldo en España.

La solución, según CCOO, pasaría por limitar el uso de los contratos temporales. En la actualidad, las empresas pueden encadenar los contratos temporales a un mismo trabajador casi indefinidamente. "No hay límite en cuanto a los encadenamientos", afirma Toni Ferrer, Secretario General de Acción Sindical de UGT. De esta manera, se produce "una situación abusiva en cuanto a la contratación". Sin embargo, la patronal del sector y el Gobierno no abogan por las mismas medidas. "Ellos proponen el abaratamiento de los costes de despido", en opinión de los sindicatos. De esta manera, se fomentaría la contratación ya que al empresario le saldría más barato despedir a un trabajador y, por lo tanto, no pondría tanta resistencia a la creación de nuevos puestos de trabajo de carácter indefinido. Según los sindicatos, esta medida no es la más adecuada para solucionar un problema que cada día afecta más a la población.

Las claves del CPE

Para Dominique de Villepin, sin embargo, la rebaja del precio de despido sí parece haberse convertido en su caballo de batalla a la hora de reducir el paro juvenil en el país galo. Con el nuevo Contrato de Primer Empleo, CPE, las empresas de más de 20 empleados podrán optar por contratar a los menores de 26 años mediante esta nueva modalidad de contrato indefinido. La principal diferencia con el contrato indefinido ordinario con que cuentan en el país galo es que, mediante el CPE, los empresarios podrán despedir a los jóvenes sin razón alguna durante los dos primeros años. La indemnización que los empleados recibirían sería tan sólo, y siempre y cuando la causa del despido no la proporcione el propio trabajador, de un 8% del montante bruto cobrado hasta el momento. Además, los jóvenes gozarían de una especie de "mini-paro" de hasta 490 euros (unos 16 euros por día) durante los dos primeros meses de desempleo.

El problema en Francia, según afirma Jordi García Viña, profesor de Derecho del Trabajo de la Universidad de Barcelona (UB), es que se han propuesto unas medidas para intentar solucionar "una situación económica delicada". El origen del enfrentamiento, continúa García Viña, "son las contrapartidas que se han de soportar a la hora de llevar a cabo esta política". En España, donde actualmente el Gobierno tiene abierta una mesa de negociación para elaborar la próxima reforma laboral, el problema será muy similar. "Hay que solucionar una situación, que se caracteriza por la temporalidad y el alto desempleo que sufre la población juvenil, y para ello habrá que reducir o eliminar ciertas comodidades". El factor clave, según el experto, sería "el precio que estamos dispuestos a pagar".

En nuestro país aún no se contempla en la legislación laboral que un trabajador pueda ser despedido sin que la compañía que lo ha contratado alegue ninguna razón para su salida de la empresa. Sin embargo, el abanico de indemnizaciones va desde los 8 días de sueldo por año trabajado, en los contratos por obra y servicio, eventuales o de interinidad, a los 45 días del contrato indefinido ordinario. "Unos valores mucho más altos que en la mayoría de los países europeos", afirma el profesor de la UB. En Francia, la indemnización de un trabajador con contrato indefinido que sea despedido se acerca a los 20 días por año, menos de la mitad que en España.

Aun así, los índices de paro entre la población juvenil continúan siendo alarmantes, y los Gobiernos de los Veinticinco ya han creado un nuevo término en el que confluyen sus esfuerzos para conseguir reducirlos: la "flexiseguridad", una mezcla de flexibilidad para las empresas y seguridad para los trabajadores, que consiga que los trabajadores en general, y los más jóvenes en particular, tengan la posibilidad de acceder más fácilmente y de manera digna a un mercado de trabajo que cada vez se muestra más hostil con ellos.

Una de las estudiantes que hoy participan en una sentada contra el CPE frente al Ayuntamiento de París.
Una de las estudiantes que hoy participan en una sentada contra el CPE frente al Ayuntamiento de París.EFE

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