Alitalia acumuló pérdidas de 520 millones en 2003 y su deuda se disparó a 1.440
La crisis de la aerolínea forzó hace un par de semanas un cambio en su cúpula directiva
Alitalia perdió el año pasado 520 millones de euros, frente a un saldo positivo de 93 millones en 2002, según el balance difundido hoy por su Consejo de Administración y da una idea de la magnitud de las dificultades que atraviesa. La autoridad bursátil italiana le concedió la posibilidad de retrasar la publicación de su balance más allá del 31 de marzo y el plazo se ha cumpliado hoy.
El endeudamiento de la empresa el pasado 31 de diciembre alcanzaba los 1.440 millones, 532 más que la de doce meses antes, según ha comunicado la entidad. La crisis de Alitalia provocó hace dos semanas un cambio en la dirección, con la atribución a Giancarlo Cimoli de los poderes de presidente y consejero delegado en un intento por que en la compañía aérea repita el éxito de su gestión de ocho años en la empresa estatal de ferrocarriles, que ha pasado de ser deficitaria a tener varios ejercicios con beneficios.
Salir adelante
El ministerio italiano de Economía, que controla el 62% del capital, ha comunicado a la dirección de Alitalia su disposición a estudiar una eventual participación en la operación de aumento de capital prevista. No obstante, Economía ha precisado que esa implicación tendrá que ser complementada con la participación del sector privado, tal como acordaron Gobierno y sindicatos como uno de los instrumentos para intentar el relanzamiento de la aerolínea sin vulnerar la normativa comunitaria.
En la nota, el Consejo envía un mensaje de tranquilidad al asegurar que se dan las condiciones para la "continuidad" de la empresa, y se alude a un "incisivo" plan de saneamiento de la situación financiera. Asimismo, la dirección confirma que prepara un plan industrial que pretende reforzar la actividad central de la compañía, consistente en el negocio de transporte de pasajeros y mercancías y que piensa en una estructura de costes "eficaz". Ambos factores pueden permitir un desarrollo "muy agresivo" de Alitalia tanto a nivel nacional como internacional, idea que se completa con una política de alianzas con otras compañías.
