El cierre bancario en Uruguay se prolonga hasta el viernes a la espera del FMI

El festivo bancario dispuesto el martes en Uruguay se extenderá hasta el viernes a la espera de que las negociaciones con el FMI y otros organismos internacionales reporten "oxígeno" al Gobierno para superar la crisis del sistema financiero.

Una ayuda "próxima" a los 15.000 millones de dólares, según ha estimado el ministro de Economía, Alejandro Atchugarry, que ha negado la posibilidad de aplicar en Uruguay un corralito financiero como el que rige en Argentina.

El Fondo Monetario Internacional puede llegar a adelantar unos 700 millones de los 3.000 millones de dólares aprobados por organismos internacionales para que Uruguay afronte a la difícil situación de su sistema financiero.

Según ha defendido el ministro, Uruguay cumplió "todas las metas fiscales" acordadas con el FMI para el primer semestre del año, pero el adelanto del crédito "seguramente supondrá alguna modificación" en los compromisos del país con el organismo.

Los otros 800 millones para llegar a 1.500 millones de dólares serían aportados por Estados Unidos, que ayer, martes, en una declaración del Departamento del Tesoro, afirmó estar "listo" para apoyar una asistencia adicional para Uruguay.

En una medida sin antecedentes en las dos últimas décadas, Uruguay dispuso el martes un festivo bancario debido a la suspensión de actividades de los bancos Montevideo y Caja Obrera, intervenidos desde el 21 de junio pasado.

Ambos bancos son propiedad del Grupo Velox, y sus antiguos propietarios, los uruguayos José y Carlos Peirano, fueron demandados ante la justicia por haber transferido depósitos de sus clientes a Islas Caimán.

A pesar de la extensión del festivo bancario el gobierno autorizó el funcionamiento de los cajeros automáticos para extraer un máximo de 5.000 pesos (167 dólares) diarios, especialmente para el pago de salarios y jubilaciones.

76,6% de las reservas 'quemadas'

Ayer, el banco central suspendió la actividad bancaria al no poder devolver sus depósitos a los ahorradores los bancos Montevideo y Caja Obrera. En la capital del país se vivieron entonces horas de tensión, al acudir los ciudadanos a los cajeros para retirar sus pesos y cambiarlos por dólares. En la mente de todos, las imágenes similares que se vivieron en Argentina el pasado mes de diciembre, cuando se inauguró el corralito aún en vigor.

Un efecto colateral de esta salida de depósitos ha sido así la subida brutal del dólar, que se revalorizó ayer un 30% y alcanzó la cifra récord de 35 pesos. El banco central destina a diario decenas de millones de dólares para contener la subida de la moneda estadounidense, pero ha perdido ya un 76,6% de sus reservas líquidas en vano, y ahora sólo posee 700 millones, frente a los 3.000 del pasado mes de diciembre.