Fracasa el intento de mediación entre la SEPI y el núcleo duro de Iberia

El representante o "amigable componedor" elegido por la SEPI, Angel Rojo, y el elegido por los accionistas de Iberia (Caja Madrid, el BBVA, el Corte Inglés, Logista y Ahorro Corporación), Miquel Roca, han contado con 45 días para intentar negociar un acuerdo, objetivo que no han logrado.

Una vez constatado el fracaso de esta vía de negociación, el núcleo de accionistas estables de Iberia ha decidido convocar una reunión para decidir la estrategia de actuación más conveniente.

Los accionistas de Iberia reclaman a la SEPI una compensación económica por el retraso que sufrió la salida a bolsa de Iberia, que se produjo finalmente el pasado 3 de abril.

En concreto, los accionistas estables piensan que se les debe compensar económicamente por su renuncia a abandonar la compañía si Iberia no salía a bolsa antes del 31 de diciembre pasado, como finalmente ocurrió.

Dado que la SEPI se oponía inicialmente a esta reivindicación, acordó con los accionistas que las dos partes eligieran a un representante, denominado "amigable componedor", que se encargaran de dirimir sobre esta controversia, posibilidad que no ha dado ningún resultado.

Fuentes del núcleo duro han asegurado que esta falta de acuerdo se ha debido a la negativa de la SEPI, antigua propietaria de Iberia, a "considerar ningún tipo de acuerdo ni de oferta".

Por su parte, el informe que ha elaborado el representante de la SEPI, Angel Rojo, señala que una vez revisado el expediente "por derecho es imposible atender la demanda de los inversores institucionales", según han informado fuentes de la sociedad estatal.

Para Rojo, "no se puede atender la petición de estos inversores, ya que sería contrario al ámbito jurídico español, e iría contra el ordenamiento jurídico".

Los accionistas estables del núcleo duro iniciaron su reclamación al constatar que habían sufrido una pérdida de valor en las inversiones que realizaron en Iberia en 1999, dado que pagaron por cada título un total de 497,7 pesetas, muy por encima del precio fijado para la salida a bolsa, que fue de 198 pesetas (1,19 euros).

Así, estas entidades pagaron un total de 136.200 millones de pesetas por el 30% de Iberia, porcentaje que tras la salida a bolsa se vio mermado hasta los 54.000 millones de pesetas.